Javier Vidal: ‘Diógenes fue un personaje trágico en una situación que puede ser hasta hilarante’
El actor, periodista, dramaturgo y director teatral venezolano, regresa al escenario con un personaje imponente al Trasnocho Cultural en julio

ESTAMPAS

28/06/2024 08:00 am



Eliza Pérez


Los personajes históricos tienen algo que compartir en determinado momento de su vida, y así sucedió con Diógenes Escalante, quien fue candidato a la presidencia de Venezuela en 1945. Pero a pesar de su vasta popularidad con los ciudadanos, su salud tenía otros planes para él.

En septiembre de 1945, cuando Escalante se proponía a desayunar con el Presidente Isaías Medina Angarita en el Palacio de Miraflores y almorzar luego con Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Rómulo Gallegos, comenzó a tener un episodio específico en su habitación del Hotel Ávila.

Cuando Arturo Uslar Pietri llamó para preguntar el por qué no acudió a la cita, la respuesta que obtuvo fue “El doctor Escalante dice que no puede ir porque sus camisas salieron volando por la ventana”.

Con esta premisa, su carrera política culminó y fue inhabilitado como candidato. Y más de 60 años después, ese instante de su vida es retratado en la escena teatral por Javier Vidal, siendo estrenada en 2011 titulada “Diógenes y las camisas voladoras”.

La obra fue escrita por el propio actor en 2008 con ayuda del periodista Oscar Yanes y el propio Ramón J. Velázquez, quien no solo fue periodista de Últimas Noticias, también fue testigo de ese acontecimiento.

“El proceso de escritura tiene una historia. Cuando Oscar Yanes vio una la obra ‘Su novela romántica: en el aire’, que habla sobre el día que matan a Carlos Delgado Chalbaud, a él le gustó mucho y me dice ‘Hay un personaje importante e interesante que es Diógenes Escalante’”, dice Vidal.

En ese entonces el actor comenzó a investigar sobre él pero sin tener nada estructurado. Con los años, aparecen los libros “Amores de última página” de Yanes, la biografía de Escalante escrita por Maye Primera y “El pasajero de Truman” de Francisco Suniaga, y es a partir de ahí que empieza a escribir la obra.


Taylor Plaza debuta como “el coleguita” en esta entrega

“Volví a hablar con Oscar Yanes quien me dio más orientación. Hay que pensar que Yanes fue un gran periodista pero que le gustaba dramatizar, entonces creo era buena fuente porque me podía dar ese punto donde uno duda entre la realidad y la ficción. Incluso lo de ‘las camisas voladoras’, que fue el título del Últimas Noticias en esos días, decía que a Diógenes Escalante se le fueron volando las camisas por la ventana, aunque eso jamás lo sabremos en realidad”.

Javier Vidal acota que ese momento le sirvió para poder ficcionar la obra, porque aunque se trata de un hecho real, existen cosas de la imaginación.

Para esta entrega, se realizó una revisión al guión donde existieron ligeros cambios con respecto a algunas escenas así como el propio Diógenes.

Cuando la obra fue estrenada en 2011 bajo la dirección de Moisés Guevara, Diógenes Escalante fue un personaje muy externo, donde ya él estaba enloquecido. Mientras que esta revisión con Julie Restifo como directora, se muestra a un Escalante más humano, a una persona que le pasó lo que le puede ocurrir a cualquier persona a cierta edad.

Lo que también le gusta de esta nueva lectura, es que siente una clase de identificación con Escalante, que algunas veces al actor se le puede olvidar nombres o incluso tomar algo y decir “¿por qué agarré esto?”, y él siente que es algo que está regalando a Diógenes para que sea más cercano, “para que sepan que Diógenes fue un personaje trágico en una situación que puede hasta ser hilarante”.

Para Vidal, le parece curioso que la gente comenzara a decir que Escalante estaba loco cuando se enteraron de su problema, pero antes no decían nada de sus pausas o de sus equivocaciones.

“Él incluso cuando se fue a Washington, Nueva York y terminó en un sanatorio en Miami tenía sus picos. Había momentos donde perdía la noción de la realidad y después era una persona cuerda que sabía que tenía una cuestión psicológica”, comparte el actor.

Vidal incluso menciona que en aquel entonces muchos decían que Escalante “hablaba mal” porque no tenía el acento gocho que lo caracterizaba como tachirense. Sin embargo, él explica que el candidato vivió mucho tiempo en Europa y hablaba perfectamente otros idiomas.

“Pero hay que pensar que el acento gocho, así estudies en otro sitio no se pierde, y menos cuando te encuentras con otro”, dice Javier entre risas.

Esta vez repite su hijo como el Secretario Hugo Orozco ¿cómo ha sido trabajar juntos tanto en el escenario como en dirección?

¡Muy bien! Ya llevamos algunas obras donde hemos trabajado juntos. Claro, Jan es Asperger, y a veces tiene algunos problemas de entendimiento, y no tiende mucho a hablar en elipsis como los neurodivergentes. En cambio los Asperger lo entienden todo tal cual, entonces le cuesta hacer una abstracción en una indicación, por lo demás, es extremadamente disciplinado, es correcto, cuadrado, no se sale de la línea, es muy concentrado. En resumen, trabajar con él es increíble, así como con mi hija Josette.

El actor representa a un personaje interesante de la historia venezolana

También su esposa está como directora, ¿Cómo es Julie en la dirección?

Tratamos de que no seamos esposos, que haya más una relación profesional entre directora-actor. Cuando ella me dirige, yo la escucho. Que no se confunda la relación de matrimonio con la relación de dos artistas que están trabajando.

Tiene ventajas y desventajas. Una de las desventajas es que estamos 24 horas juntos, y hay momentos en donde estamos juntos para dormir y me dice “Oye, estoy pensando qué…”, pero es una cosa que pasa porque incluso estamos ensayando esta y otra obra que vendrá pronto. Ya el espacio donde vivimos se convirtió en un ateneo.

¿Y cómo ha sido trabajar con Theylor Plaza en esta oportunidad quien hace de Ramón J. Velázquez?

Los Ramón J, -el coleguita que es como aparece en la obra-, lo estrenó fue José Miguel Dao, compañero de Jan y Josette. Venía de Skena, una persona sumamente aplicada. Entonces cuando nos llamaron para una función especial en el Festival Nacional en 2013, José Miguel estaba en Estados Unidos y llamamos a Luis Olavarrieta, quien también tiene su toque, pero fue grato trabajar juntos.

Y ahora con Theylor, este es uno de los mejores actores de su generación, e incluso hay momentos donde le pregunto “¿Voy bien?” más que todo por el acento ya que él es gocho, y lo que también mencioné hace poco, cuando uno se junta con gochos, el acento se queda. Somos un buen equipo.

¿Cómo cree que hubiera sido Venezuela sí Escalante llegaba a ser presidente de no haber tenido su “cuadro de locura”?

¿Vamos a jugar a la ficción? El hubiera no existe. Pero debería decir que el proceso democrático hubiese sido más despacio, más comprensible incluso para un pueblo que se estaba estrenando en democracia.

El golpe de Betancourt y Pérez Jiménez fue una gran equivocación porque se rompió lo que se venía elaborando y se creó como una clase de estigma sobre nuestra formación como país fundado como capitanía general por Carlos III, donde “un general va a venir a resolver todo”, o que si un civil da un paso hay que preguntárselo a un militar, o cómo vamos a trabajar sin molestar a los militares.

Creo que marcó que cuando hay una crisis uno se pregunta por los militares. Eso ha pasado siempre. Hasta hace más de 20 años cuando Chávez que hubo un momento de decadencia de los partidos políticos, entonces hubo que llamar a los militares. También en 2002 que se dio el golpe y se llamó a los militares. Esos momentos marcaron.

Entonces teníamos a Medina que era un presidente muy bueno, donde dejó que existieran partidos comunistas, y después Diógenes incluso dijo una vez que a los dos años va a adelantar elecciones para que existan votaciones directas y secretas, e incluso podían votar las mujeres.

¿Se tiene algún diagnóstico exacto de lo que ocurrió con Escalante en ese entonces?

Yo creo que con exactitud, leyendo a todos los historiadores, lo que se habla es que pudo tener Esclerosis, así como Demencia Senil aunque estaba en sus 60s. Y como lo vio mucha gente, pasaron muchos diagnósticos. Quizás el que pudo haber tenido el secreto fue Francisco Herrera Luque, quien su padre fue uno de los que lo trató. Tal vez el padre le dijera algo, pero eso es algo que nunca sabremos.

Y claro, en la década de los 40 trataban estas enfermedades de una manera muy agresiva. Le aplicaron el electroshock al pobre Escalante. Hoy por hoy estas cosas han avanzado no solo por la parte química, también los psicólogos y para mejor.


El actor comparte que es muy importante conocer la historia del país

¿Cree que existan otros venezolanos de la historia que también necesiten una representación teatral?

Yo creo que sí. En esta teatrología donde se incluye a Diógenes, también escribí “Los Compadres”, que fue el momento de la aclamación y despedida de Cipriano Castro con Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras. Después escribí “La Catira del General”, que retrata a Pérez Jiménez y Vallenilla-Lanz Planchart y el propio Camilo José Cela, y para cerrar la teatrología –si es que hay que cerrarla–, está “La Íntima del Presidente”, que fue la relación que tuvo Medina Angarita con Estrella Serfaty antes de casarse con Irma Felizola.

Yo creo que para seguir con los gochos, se podría hacer algo con Carlos Andrés Pérez, pero ese tema está muy reciente y no me atrevo todavía a “hincarle el diente”. Pero si existe, solo hay que escoger un personaje en determinado momento de la historia. Por ejemplo, se puede hablar de 1993 cuando existieron 3 presidentes. Esa trama está interesante aunque eso da más para cine.

“Diógenes y las camisas voladoras” se estrena el jueves, 4 de julio en el Teatro Trasnocho a las 7:00PM con las actuaciones de Javier Vidal como Diógenes Escalante, Jan Vidal-Restifo como el Secretario Hugo Orozco y Theylor Plaza como Ramón J. Velázquez. Y cuenta con la dirección de Julie Restifo.
Viernes a las 8:00PM y Sábados y Domingos a las 7:00PM hasta el 28 de julio.



Javier Vidal

Eliza Pérez
@elizaperezr_

Cámara
Jenifher Augello
@jenifher1991