La Ópera de París, uno de los edificios más emblemáticos de la capital francesa, fue el escenario para la presentación de la nueva colección de la maison, el cual es el primero desde la inesperada salida de la diseñadora Virginie Viard, quien sucedió a Karl Lagerfeld en 2019 y había estado con Chanel durante 37 años.
Un oda al legado de Chanel
Como siempre la marca demostró ser la máxima autoridad de lo que es el modern-chic con su nueva colección, que fue laborada por 150 artesanos en sus talleres, en el que observamos conjuntos creados con corte asimétrico y colores vivos -una paleta de negro, oro, plata, marfil, fucsia, rosa pálido- complementados con un lazo, un elemento central que representa el toque de elegancia.
Además, no podían faltar piezas que caracterizan a la marca fundada por Coco Chanel, faldas, sacos, abrigos y vestidos decorados con detalles en pedrería esbozado para vestir a la mujer en sus más memorables veladas.
Los años 20 y sus líneas minimalistas se funden con las chorreras, las hombreras, las plumas y borlas. La colección también presentó las largas capas de ópera y un vestido de novia de marfil, que recordaba al vestido de boda de la Princesa Diana, trabajado con volúmenes en mangas y en la larga falda, adornada por volantes verticales, se veía realzado por el trabajo de pedrería que confeccionaba el cuerpo del vestido.
