EDGARD ROMERO NAVA
Desde la crisis de los misiles rusos en Cuba en Oct de1962 el mundo no había estado tan cerca de una nueva conflagración mundial. La invasión de Rusia a Ucrania, ha generado una serie de eventos de tal trascendencia que el mundo, ya creía enterrados con la finalización de la Guerra Fría y el colapso de la Unión Soviética en 1991. Asimismo, la reacción del mundo Occidental, de una manera espontánea y con la velocidad que hoy lo permite las comunicaciones instantáneas y de alcance universal, excluyeron a Rusia de todos los sectores de la vida financiera, económica, política, cultural, el boicot a productos rusos. Ha asombrado por la respuesta mundial.
Venezuela ha indicado su apoyo a la Nación Rusa y es un hecho inédito que se haga en contraposición a los nexos históricos, económicos, geográficos y culturales tradicionales con el hemisferio occidental.
Es de esperarse que esta situación genere una serie de repercusiones geopolíticas, financieras y de todo orden al sumarse Venezuela a una parte en conflicto, contraria a la posición casi unánime, y donde inclusive China expreso su neutralidad en una reciente votación en la ONU, esta decisión puede desencadenar acciones y consecuencias desconocidos para Venezuela por parte de la comunidad internacional fuera de la órbita rusa.
Pero, es sorprendente la visita breve a Caracas, de una delegación norteamericana. Hay mucha especulación sobre la motivación de esa visita y sus objetivos. Se rumora que se trata de pedirle a Venezuela su cooperación para un programa de relanzamiento de su industria petrolera, que pueda reemplazar los volúmenes de petróleo crudo y productos que aun compra USA de Rusia. Se especula que, a cambio de esa ayuda, USA se comprometería a levantar parte de las sanciones a la industria petrolera. No hay en este momento una idea clara, pero le damos la bienvenida a esa posibilidad ya que nuestra industria ha sufrido una descapitalización acelerada y una exclusión de los flujos financieros y asistencia tecnológica que requiere de las fuentes occidentales de donde son originales de las plantas, equipos y procesos que es urgente reponer en nuestros parques industriales petroleros.
Sin duda, esta petición requería un cambio para la incorporación del capital privado, una revisión profunda de su sistema legal y fiscal que le permita a estas empresas privadas, asumir el reto de una inversión sustancial e inmediata que logre en un breve plazo, el aumento de la producción como lo exigen las circunstancias mundiales, y permita la recuperación de los campos petroleros, sus plantas e infraestructura, y de Venezuela.
*@eromeronava
* Ex presidente de Fedecámaras y cámara petrolera