Cada 1 de octubre, celebramos el Día Internacional del Café, una fecha establecida para rendir tributo a una de las industrias más importantes del mundo. Así que, es una jornada para valorar el trabajo de millones que hacen posible este hábito, desde su cultivo hasta el servicio de la bebida que nos activa cada mañana.
El Camino de la Sostenibilidad
La Organización Internacional del Café (OIC) ha sido una voz clave en este día, impulsando la unión entre los países que lo cultivan y quienes lo beben. Asimismo, se piensa que la producción y venta del café, dan de comer a millones de personas por todo el mundo, desde el cultivador de cerezas hasta el operario de la última tacita.

En este contexto, la sostenibilidad ha pasado de ser una opción a convertirse en una obligación. Gracias a que, prácticas de cultivo responsables, certificaciones de comercio justo y alianzas con comunidades locales están transformando la industria. Por ello, este compromiso no solo busca un café de alta calidad, sino también un futuro más justo y equitativo para todos los involucrados en este proceso.
Más allá del sabor: la cultura del café
Sin embargo, la experiencia del café se ha expandido significativamente, ¡más allá de ser simplemente un descanso! Los cafés de especialidad y las tiendas dedicadas a este manjar, impulsaron un movimiento valorando la trazabilidad, permitiendo al cliente conocer la historia del grano, además de su perfil de tueste, sin olvidarnos de sus cualidades sensoriales.
En este nuevo panorama, las ciudades se han transformado en laboratorios de sabor, donde baristas hábiles, técnicas de preparación innovadoras (como el cold brew o métodos manuales) y tecnología se combinan para ofrecer una experiencia singular.
Cabe destacar que el café, es rico en minerales y vitaminas del grupo B y C- es originario de Etiopía, y existen más de 100 especies de plantas, pero solo dos se utilizan para preparar la bebida: arábica (que representa el 75% de la producción mundial) y robusta.
Según la Asociación Nacional del Café de Estados Unidos indica que se consumen más de 2.25 mil millones de tazas de café por día en todo el mundo. Además, Finlandia es el principal consumidor, mientras que la producción es liderada por Brasil con 37, 4%.
Estas bebida no solo ofrece una experiencia sensorial placentera, sino que también favorecen el bienestar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se puede consumir hasta 4 tazas al día.
La diversidad del café va más allá del grano. Desde el ligero Guayoyo, el sabor intenso del Negrito ( la opción corta y potente similar al espresso), el popular Marrón oscuro o claro, hasta las versiones más gourmet como el Espresso italiano, Cappuccino, el Latte y otras opciones frías, demuestran la constante evolución de esta bebida universal.
Una taza de beneficios para la salud
El café es conocido por mejorar varios aspectos de la función cerebral, incluyendo la memoria, el estado de ánimo y la función cognitiva general. Esto se debe en gran parte a la cafeína, un estimulante natural, la cual también eleva los niveles de adrenalina, lo que puede mejorar el rendimiento físico.
Igualmente, estudios han demostrado que el consumo regular de café reduce el riesgo de tener enfermedades como el parkinson, el alzheimer y la diabetes tipo II, mitiga el riesgo de sufrir varios tipos de cáncer, incluidos el de mama, próstata, colon, ayudan a mejorar el metabolismo y la pérdida de peso.
A su vez, un trabajo realizado por el National Institute of Health (NIH) de Estados Unidos, publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, reveló que esta también disminuye la posibilidad de padecer patologías cardiovasculares, respiratorias e infecciosas.
¿Cómo afecta el consumo excesivo de cafeína?
Es importante recordar que tomar mucho café afecta la calidad del sueño, mancha el esmalte dental, eleva la presión arterial, taquicardias, temblor en las manos, dificulta la absorción de hierro y aumenta la liberación de ácido en el estómago, lo que a veces conduce a malestar estomacal o acidez.