Cada 29 de abril el mundo se une para bailar en un solo ritmo y conmemora el Día Mundial de la Danza, una fecha designada por la UNESCO en 1982 en rememoración del natalicio de Jean-Georges Noverre, bailarín francés pionero del ballet moderno.
Un arte que trasciende fronteras
La danza es mucho más que una secuencia de pasos; es un lenguaje universal que comunica emociones, narra historias y establece conexiones profundas entre las personas. Desde rituales ancestrales hasta coreografías contemporáneas, ha sido una parte esencial de la experiencia humana, una necesidad inherente de liberar el espíritu a través del movimiento corporal.
En este Día Mundial, rendimos homenaje a la infinita diversidad de la danza. Desde la elegancia del ballet clásico y la pasión del flamenco, hasta la energía del hip-hop y la conexión espiritual de las danzas folclóricas, cada estilo representa una riqueza cultural única.
íconos de la danza en Venezuela
Venezuela ha sido la cuna donde se han forjado grandes leyendas bailarines y coreógrafos que, con su pasión y talento, han enriquecido el panorama dancístico nacional y enaltecido el nombre de nuestro país.
Uno de los nombres más emblemáticos es el de Vicente Nebrada, un coreógrafo visionario cuyo legado perdura. Nebrada, quien se destacó por su capacidad para fusionar la danza clásica con elementos contemporáneos, desarrolló una importante carrera internacional, siempre regresó a su tierra natal para nutrir el talento venezolano. Sus creaciones, llenas de fuerza y lirismo, son parte fundamental del repertorio de importantes compañías a nivel mundial qu lo consagraron como una figura clave en la historia de la danza latinoamericana.

Otro de las figuras emblemática es María Enriqueta Coronil Ravelo, conocida como Nena Coronil, fue alumna de pioneras de la danza en el país como Gally de Mamay y Steffy Stahl, quienes guiaron sus pasos en el inicio de sus trayectoria. Esta última había llegado a Venezuela en 1938 haciendo una gran carrera. A su vez, ellos fueron los primeros en instruir a los jóvenes venezolanos de los años 30 en ballet clásico.

Su pasión por este arte la llevó a fundar en 1948 la Escuela Nacional de Ballet en Caracas, considerada un semillero de importantes figuras de la danza venezolana que luego triunfaron internacionalmente. En 1954, su escuela dio paso al proyecto Ballet Nena Coronil, donde participaron bailarines de la talla de Vicente Nebrada e Irma Contreras. Aunque de corta duración, el Ballet Nena Coronil marcó un hito al participar en la primera transmisión de una televisora privada en Venezuela con el ballet “Las Sílfides”.
Igualmente, Zhandra Rodríguez, reconocida unánimemente como la Primera Bailarina de Venezuela y una figura cimera de la danza latinoamericana, dejó un legado imborrable que trasciende los escenarios. Tras una brillante carrera como bailarina principal en el Ballet Nacional de Venezuela y el American Ballet Theatre, su visión y compromiso con la danza la impulsaron a fundar dos instituciones cruciales: el Ballet Internacional de Caracas (BIC) en 1975 y, posteriormente, el Ballet Nuevo Mundo de Caracas en 1981 junto al bailarín estadounidense Dale Talley.

A través de estas compañías, Rodríguez no solo formó a generaciones de bailarines venezolanos con una concepción avanzada del ballet, sino que también enriqueció el panorama cultural del país, llevando el arte de la danza a nuevas audiencias y consolidando su posición como una fuente de inspiración y un patrimonio viviente de la danza en Venezuela y el mundo.
Por otro lado, Yolanda Moreno, conocida como la “Bailarina del Pueblo Venezolano”, cuenta con una trayectoria que abarca décadas, Moreno ha dedicado su vida a la difusión y enseñanza de la danza tradicional venezolana. Su energía y dedicación han inspirado a generaciones de bailarines y han llevado la riqueza del folclore venezolano a escenarios de todo el mundo.

Su verdadera vocación, cuyo talento reflejado en sus presentaciones en los mejores escenarios del mundo en países de América, Asia, Europa y la Unión Soviética. En 1962 fundó la Agrupación Venezolana de Danzas Nacionalistas, junto a su esposo Manuel Rodríguez Cárdenas, donde forma a nuevos talentos en este arte.
La bailaora y coreógrafa venezolana, Ciudi Garrido, hija de la reconocida maestra de flamenco Siudy Quintero, también ha dejado una huella imborrable en el mundo del flamenco, trascendiendo fronteras y fusionando la tradición con la vanguardia. Con su propia compañía, Siudy Flamenco Dance Theater, ha llevado espectáculos innovadores a escenarios de prestigio, incluyendo Off-Broadway. Su propuesta única, que integra elementos contemporáneos al flamenco, le ha valido nominaciones a premios como el Drama Desk y el Latin Grammy, marcando un hito como la primera artista flamenca en recibir nominaciones en esta premiación por su producción “Bailaora – Mis pies son mi voz”.

El legado de Siudy Garrido radica en su capacidad para honrar la raíz del flamenco al mismo tiempo que lo expande y lo presenta a nuevas audiencias, formando a nuevas generaciones y dejando una marca indeleble en la danza contemporánea.

A su vez, el Carlos Orta, discípulo de la legendaria Pina Bausch, han explorado lenguajes innovadores y propuestas escénicas arriesgadas, llevando la danza venezolana a nuevos horizontes expresivos. Su trabajo con la compañía Coreoarte ha sido fundamental para el desarrollo de la danza contemporánea en el país.
Los jóvenes como Daniel Guzmán, quien conquistó el Gran Premio de la Juventud en Estados Unidos, también han hecho eco de la demuestran que la tradición dancística venezolana sigue viva y vibrante. Su dedicación y excelencia auguran un futuro prometedor para la danza en el país.

El Día Mundial de la Danza nos invita a reflexionar sobre el papel fundamental del movimiento en nuestras vidas. Nos recuerda que el cuerpo es un poderoso medio de expresión y que la danza es una forma esencial de conectar con nosotros mismos y con los demás. Es una invitación a celebrar la belleza, la diversidad y la capacidad transformadora de este arte milenario que continúa emocionando, inspirando y uniendo al mundo paso a paso.