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Mamás al límite: la verdad del burnout materno

Establecer límites y organizar las tareas diarias ayuda a mitigar el estrés

La maternidad es un viaje lleno de amor y desafíos. Pero, ¿Qué sucede cuando ese viaje se vuelve una carga difícil?, aparece una condición real y silenciosa. Hablamos del burnout materno, que afecta a muchas mujeres y puede hacer que se sientan ineficaces y con falta de confianza.

​¿Qué es el burnout materno?

​El burnout materno, también conocido como agotamiento parental, es un estado que va más allá del cansancio físico y mental, ya que también afecta la calidad del sueño, eleva el estrés, la ansiedad generado por las demandas constantes e ininterrumpidas de la crianza.

Agotamiento materno vs. depresión posparto

​A diferencia de la depresión posparto, que puede afectar todas las áreas de la vida, y surge tras el parto, a menudo impulsada por cambios hormonales e incapacidad para vincularse con el bebé, el burnout materno está directamente relacionado con el rol de cuidadora. La madre se siente abrumada por las tareas de la crianza, perdiendo la satisfacción y el placer que solía encontrar en su papel.

​Las causas detrás del agotamiento

Este término es cada vez más debatido entre profesionales de la salud y padres, representa un síndrome distintivo y entre las causas más comunes se encuentran:

Sobrecarga de responsabilidades: la carga de combinar el trabajo, las tareas del hogar, la vida de pareja y las necesidades de los hijos puede ser abrumadora. En muchas culturas, la crianza recae casi exclusivamente sobre la madre, sin una red de apoyo adecuada.

Falta de sueño y descanso: las interrupciones constantes del sueño y la ausencia de tiempo libre para recargar energías son un factor determinante. El cuerpo y la mente no tienen la oportunidad de recuperarse.

Expectativas irreales: la presión social y la idealización de la maternidad en redes sociales crean la idea de una «madre perfecta» que puede con todo. Esta autoexigencia genera sentimientos de culpa, frustración e insuficiencia.

Falta de apoyo: la ausencia de una pareja que comparta responsabilidades, de una red familiar o de amigos que brinden ayuda aumenta la sensación de soledad y la carga mental.

Este se manifiesta a través de un estado de desgaste físico y emocional

​Síntomas a los que debes prestar atención

La maternidad es un trabajo de 24 horas, siete días a la semana, sin vacaciones ni días de enfermedad. Las tareas repetitivas del hogar y la imprevisibilidad de los niños pueden generar una sensación de fatiga, que implica una menor efectividad en su vida personal y profesional, y se manifiesta en tres áreas principales:

Agotamiento extremo:
​Cansancio constante, incluso después de dormir.
​Pérdida de energía y motivación para las tareas diarias.
​Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.

​Distanciamiento emocional:
​Sentimiento de desconexión o indiferencia hacia los hijos.
​Irritabilidad y falta de paciencia.
​Pérdida de placer en las interacciones con los hijos.

​Sentimiento de fracaso:
​Culpabilidad por no ser la «madre perfecta».
​Sensación de estar «harta» o de no poder soportar la situación actual.
​Pérdida de la identidad, sintiendo que ya no eres la persona que eras antes de ser madre.

Claves para recuperar el equilibrio

Estos efectos pueden impactar en la vida familiar avivando el distanciamiento entre la madre, sus hijos y pareja. Aquí te brindamos algunas acciones para susperar esta etapa y fortalecer tu bienestar:

Es importante, establecer límites y aprender a decir no a compromisos innecesarios que pueden sobrecargarte de labores, y delegas tareas con tu pareja o familiares. Habla abiertamente sobre cómo te sientes y no temas mostrarte vulnerable.

​Aunque parezca imposible, reserva tiempo para el autocuidado. Puede ser algo tan simple como dar una vuelta a la manzana, tomar un café en silencio o dedicar 15 minutos a un pasatiempo que disfrutes. Recuerda: para cuidar a otros, primero debes cuidarte a ti misma.

​Rompe con los estereotipos y libérate de la presión de la maternidad perfecta. Los errores son parte del proceso. Sé flexible, enfócate en lo que puedes controlar y celebra los pequeños logros del día a día.

​Si el agotamiento es persistente y afecta tu salud y la de tu familia, busca la orientación de un psicólogo, que puede darte herramientas para manejar el estrés y encontrar un camino hacia el bienestar.

​Reconocer y abordar el burnout materno no es un signo de fracaso, sino un acto de valentía y de amor propio.

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