Francisco: el papa de la paz

La Iglesia católica amaneció de luto luego de la muerte del papa Francisco, a los 88 años,   en su apartamento de la Casa Santa Marta, en Roma.

“A las 7:35 de esta mañana (hora local), el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”, dijo en un breve comunicado en video el camarlengo del Papa, el cardenal irlandés-estadounidense Kevin Farrell, quien supervisará la transición a un nuevo Papa.

“Nos enseñamos a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente un favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno y Trino”, dijo  Farrell  al dar la noticia.

Un derrame cerebral (ictus) que le provocó un coma y un colapso cardiovascular irreversible. Estas son las causas de su muerte, según lo ha certificado el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, en el informe de desaparición publicado esta tarde por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El jesuita argentino, líder de la Iglesia católica desde 2013, había pasado 38 días hospitalizado por una grave neumonía y tras ser dado de alta el 23 de marzo, parecía debilitado, aunque participó el domingo en la celebración de la Pascua.

Comienzos humildes

Nació como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936, como el mayor de cinco hermanos. Sus padres habían huido de su Italia natal para escapar del fascismo.

Jorge Mario Bergoglio posa con su familia para un retrato poco después de hacerse sacerdote

Creció en el seno de una familia de clase trabajadora. De joven, Bergoglio trabajó como portero de discoteca y barrendero, y apoyó a su club de fútbol local, el San Lorenzo de Almagro, una pasión que mantuvo mucho después de hacerse sacerdote en 1969 labor que desempeño por un largo tiempo hasta 1998 cuando fue nombrado arzobispo de Buenos Aires, donde se hizo famoso por su atención pastoral, su humildad y su compromiso con los pobres. El Papa Juan Pablo II fue nombrado cardenal en 2001.

El alba de una nueva Iglesia 

El 13 de marzo de 2013 la Iglesia católica inició un nuevo capítulo en su historia, luego de los escándalos de corrupción, abusos y conflictos internos, con el nombramiento de Jorge Bergoglio, a los 76 años, como sucesor del papa Benedicto XVI, cuyo cargo ocupó durante 12 años en los que no solo abrió las puertas de los templos, sino también sus brazos a los más necesitados como un gesto de esperanza, fe y humanidad, cuya visión del mundo que trascendió los dogmas de esta religión, marcaron la esencia de su pontificado.

Sus inicios fueron promisorios. Millones de jóvenes le aplaudieron en la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, en Río de Janeiro, cuando habló de su  opción preferencial por los pobres”.

El papa lava los pies a varios detenidos de una prisión en Roma

 Días después de su elección al realizar una misa el Jueves Santo en un centro penitenciario. Rompiendo la tradición, lava los pies de 12 jóvenes detenidos, entre ellos dos chicas, una cristiana y una musulmana, en un gesto inédito.

“Me gustaría tener una Iglesia pobre… y para los pobres” fue una de sus grandes aspiraciones que lo impulso a cambiar la forma en la que la Iglesia emitía su mensaje y brindar su servicio a los menos favorecidos tal como lo demostró en 2013 al realizar su primer viaje papal seleccionado como destino Lampedusa donde expresó su solidaridad con los migrantes.

Un llamado a la unión

Durante su estadía en el Vaticano, Francisco promovió el diálogo  interreligioso  como vía para cerrar la brecha milenaria con la Iglesia Ortodoxa Oriental y trabajó con anglicanos, luteranos y metodistas.

Esto lo demostró con su encuentro con varios representantes religiosos mundiales entre ellos el patriarca Cirilo, en febrero de 2106, con quien protagonizó un histórico presionado de manos en la primera reunión entre los principales líderes cristianos de Oriente y Occidente desde el cisma de 1054.

Cinco años después mantuvo un acercamiento con el líder chiita en Irak, el ayatola Ali Al  Sistani , una de las principales autoridades del islam chiita.

La paz, el único camino

Además, se acercó a varios dignatarios para promover la paz y el cese de los conflictos bélicos que afectan a algunos países. Persuadió a los presidentes israelíes y palestinos a unirse a él en el Vaticano para rezar por la paz a solo un año de haberse convertido en papa.

“El establecimiento de la paz exige valentía, mucho más que la guerra”, dijo Francisco tras la reunión.

Un año después visitó varios países africanos, entre ellos Kenia, Uganda y la República Centroafricana, centrando su energía en intentar acercar a cristianos y musulmanes.

El entonces presidente israelí Shimon Peres y el líder palestino Mahmud Abbas junto al papa Francisco

En su mensaje de Navidad de 2022 habló de un mundo que sufre una “hambruna de paz” y pidió el fin de la guerra en Ucrania. Meses después recibió en el Vaticano al presidente Volodymyr Zelensky.

Igualmente, trabajo incansablemente por la conservación del ambiente y en su encíclica “subraya que actuar frente al cambio climático es un imperativo moral para ayudar a las poblaciones más vulnerables del planeta, proteger el medio ambiente y fomentar un desarrollo sostenible. Esta clara llamada debería guiar al mundo para que de París a finales de este año salga un acuerdo climático universal duradero y fuerte. El imperativo económico junto al imperativo moral no dejan lugar a dudas de que debemos actuar ya frente al cambio climático”.

También, dio luz verde al comienzo del proceso de beatificación para varios personajes que dejaron una huella histórica en la espiritualidad entre ellos los venezolanos el Doctor José Gregorio Hernández, La madre Carmen Rendiles, el salvadoreño Óscar  Arnulfo  Romero, entre otros.

Decisiones controvertidas

Su papado no estuvo exento de desafíos. Francisco enfrentó la resistencia de parte de las facciones más conservadoras de la iglesia. Se opuso al aborto durante su tiempo como Papa, calificándolo de “pecado grave”, pero permitió a los sacerdotes perdonar a las mujeres que se arrepintieran tras haber tenido uno.

Y en 2023 dijo que se permitiría a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo -un avance significativo para las personas LGBT en la Iglesia católica-, aunque las bendiciones no debían formar parte de los rituales regulares de la Iglesia ni estar relacionados con uniones civiles o bodas.

El pontífice sancionó a altos cargos del clero e hizo obligatoriamente la denuncia de los abusos, pero las víctimas dijeron que se puede y se debe hacer más.

¿Qué sucederá luego de su muerte?

Tras su deceso, las funciones oficiales quedan a cargo del camarlengo o chambelán del Papa, cargo actualmente ocupado por el cardenal irlandés-estadounidense Kevin Farrell.

El Vaticano anunció horas después de dar a conocer el fallecimiento de Francisco, que su cuerpo será depositado a las 20:00 hora local en un ataúd en una capilla de su residencia de Santa Marta, la casa de huéspedes  en la que decidió  residir tras convertirse en Papa, en lugar del lujoso apartamento papal que utilizaron sus predecesores.  Farrell  presidirá dichos ritos.

El papa saluda a una niña en el sur de Sudán, África

Francisco será el primer papa en más de un siglo que no será enterrado en el Vaticano, en la cripta de la Basílica de San Pedro, sino que descansará por su propia elección en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.

Su muerte pone en marcha el proceso de selección de un nuevo papa a través de una elección conocida como cónclave, que normalmente tiene lugar entre 15 y 20 días después del fallecimiento de un pontífice.

De acuerdo con el instituto estadounidense Pew Research Center, el nombramiento de cardenales en este pontificado ha derivado en que la mayoría de los 132 que votarían en un cónclave ya no son de origen europeo. De los 83 nuevos cardenales, un 22 por ciento proviene de Asia-Pacífico, un 21 por ciento de América Latina, un 13 por ciento de África, un 8 por ciento de Norteamérica y un 2 por ciento del Cercano Oriente. Un 34 por ciento aún viene de Europa, reseña  DW .

El Viejo Continente todavía está sobrerrepresentado, considerando que solo cerca de un 24 por ciento de los católicos del mundo viven allí. En Latinoamérica vive un 39 por ciento, agregó el medio de comunicación.

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