La calidad del sueño puede ser perturbada por diversos factores desde el estrés cotidiano, el uso excesivo de las pantallas, hasta la obesidad, entre otros, cuya condición que se asocia a una vida sedentaria y a los hábitos de alimentación poco saludables, no solo puede causar problemas de salud cardiovasculares, diabetes, presión arterial elevada, sino también Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) uno de los trastornos más comunes en la población.
Cabe destacar que las necesidades de sueño varían significativamente entre individuos según su edad. Sin embargo, se recomienda dormir entre 7 u 8 horas diarias para recuperar la energía utilizada durante el día, fortalecer su sistema inmunológico, su estado de ánimo, disminuir la ansiedad, el estrés y mantener un buen estado de salud.
Trastornos del sueño, un problema de salud global
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 40% de la población duerme mal, pero a pesar de ello, menos del 20% de las personas que padece estos trastornos pueden mitigar su efecto si se trata a tiempo.

¿Qué es la apnea del sueño?
De acuerdo con los expertos, es una enfermedad que se manifiesta a través de la dificultad para respirar mientras se duerme interrumpiendo el sueño. No obstante, las personas que la padecen pueden presentar los siguientes síntomas:
- Ronquidos.
- Reflujo gastroesofágico.
- Despertares frecuentes.
- Pesadillas.
- Insomnio.
- Movimientos anormales.
Los afectados también pueden sentir con regularidad somnolencia excesiva, cefalea matutina, dificultad para concentrarse, entre otros síntomas que merman su calidad de vida.
Asimismo, Un metaanálisis de estudios publicados anteriormente en la revista Journal of Sleep Research descubrió que, en general, las personas con apnea del sueño, cuya patología afecta más a los hombres, tenían 1,43 veces más riesgo de desarrollar un trastorno neurocognitivo como las enfermedades de Alzheimer o Parkinson.
¿Qué relación guarda con la obesidad?
Según las principales investigaciones, más de la mitad de las personas con obesidad, padecen esta enfermedad, debido al exceso de grasa en las paredes musculares del istmo faríngeo, donde ocurre la mayoría de las veces el colapso de la vía área, ocasionando los episodios de cese respiratorio.
Así mismo, la apnea del sueño ocasiona un estrés metabólico y altera ciertas moléculas (leptinas, grelinas, entre otras) que ocasionan un aumento del apetito, terminándose de convertir en un círculo vicioso entre ambas enfermedades.
Es importante resaltar que la obesidad afecta a una de cada 8 personas en el mundo, acuerdo con los datos de un estudio publicado en The Lancet.
Existen dos tipos de apnea:
• Apnea Mixta: Se trata de una combinación de las dos tipologías antes explicadas. En este caso, existe una obstrucción en las vías respiratoria superior ante la falta del estímulo neurológico del cerebro para activar la respiración.
¿Cómo se diagnostica esta patología?
Para determinar si una persona padece apnea del sueño se puede realizar al paciente la polisomnografía nocturna, una prueba mediante la cual se evalúa varios parámetros como la oxigenación nocturna la actividad cerebral mediante electroencefalografía, la frecuencia cardíaca y los movimientos de resistencia a la expansión de la caja torácica.
¿Cómo puede mejorarse la apnea del sueño?
- Tener alimentación balanceada rica en frutas, vegetales, legumbres y una buena hidratación.
- Respetar las horas de sueño y evitar hacer actividades durante la noche.
- Hacer ejercicio.
- Practicar técnicas de relajación como el yoga o el taichí.
- Regular la ingesta de cafeína.
- Evitar comer antes de ir a la cama de noche.
- Limitar el uso de los dispositivos móviles en horas nocturnas.