La menopausia es una etapa, parte natural del envejecimiento, que marca el inicio de una nueva etapa en la vida de la mujer, cuyos síntomas se suelen manifestar a partir de los 45 años, con un promedio alrededor de los 51. Sin embargo, pueden aparecer antes, a los 40, de forma precoz, que médicamente conocida como insuficiencia ovárica primaria (IOP), y ocurre cuando los ovarios de una mujer dejan de funcionar correctamente y puede tener un impacto significativo en la fertilidad, la salud ósea y el bienestar mental.
Los síntomas que acabamos de mencionar son solo la punta del iceberg, generados por los cambios; ya bajo estos subyacen otros como otras manifestaciones como, que pueden durar de 2 a 8 años.
Cambios en el ciclo menstrual, debido a que los períodos pueden volverse irregulares, más cortos, más largos, más abundantes, más ligeros o intermitentes.
También llegan los sofocos y sudores nocturnos, que se manifiestan a través de la elevación de la temperatura corporal, y pueden interrumpir el sueño generando insomnio y fatiga.
La sequedad vaginal, disminución de la libido, deseo de intimidad. Además, cambios de humor con frecuencia, problemas cardiovasculares, por aumento de las palpitaciones, dificultades para concentrarse, dificultades para concentrarse y pérdida de masa muscular.

Causas de la menopausia precoz
Aunque los síntomas varían entre las mujeres, sus causas pueden estar vinculadas a varios factores, entre estos:
Genética: en el caso de que tu madre o abuela experimentaron la menopausia muy joven.
Enfermedades autoinmunes: aquí el propio cuerpo ataca los ovarios. Pueden vincularse con otras patologías como el lupus o el hipotiroidismo autoinmune.
Tratamientos médicos fuertes: las cirugías radicales, la quimioterapia o radioterapia, podrían acelerar el proceso.
Agentes tóxicos: el tabaco o los productos químicos industriales y los plásticos, actúan como disruptores endocrinos, que confunden a nuestro sistema endocrino disminuyendo la reserva ovárica.
Infecciones virales: como las paperas en la etapa infantil, aunque es menos frecuente.
Hábitos saludables durante la menopausia precoz
Estos no solo ayudan a manejar los síntomas, sino que también son fundamentales para prevenir problemas de salud a largo plazo como la osteoporosis.
Alimentación balanceada: tener una dieta equilibrada es tu mejor aliada. Incrementa el calcio y la vitamina D mediante la ingesta de lácteos, pescados, frutos secos, carnes magras, frutas, legumbres y verduras de hoja verde. Limita el consumo de azúcares refinados, grasas saturadas, alimentos procesados, cafeína y alcohol, que afectan el sueño y contribuir al aumento de peso.
Beber abundante agua: especialmente si experimentas sofocos y sudores nocturnos, para evitar la deshidratación y mantener la piel hidratada.
Ejercicio físico regular: es vital para mantener el peso y favorece la circulación.
Dile sí al yoga y pilates: estas estimulan la relación, el sueño de calidad y mitigan el estrés y la ansiedad.
Busca apoyo: habla con familiares, amigos o únete a grupos de apoyo para mujeres que atraviesan la menopausia precoz. Compartir experiencias puede ser muy reconfortante.
Visita a tu ginecólogo: realiza chequeos regulares, que pueden incluir controles de tensión arterial, colesterol, glucosa y densidad ósea (densitometrías).
Cómo detectarla y su tratamiento
Para diagnosticar los síntomas de esta etapa, los expertos suelen realizar pruebas de embarazo, genéticas o análisis cromosómico y determinación de los niveles hormonales. En ese sentido, parte de los tratamientos aplicados son la terapia hormonal o la ingesta anticonceptivos.