Este trastorno se caracteriza por una reducción en el número de glóbulos rojos, hemoglobina, o ambas cosas en el torrente sanguíneo. Afectando así la habilidad de la sangre para llevar oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo, lo que puede generar alteraciones en diversas funciones del organismo.
Causas frecuentes de la anemia en los perros
Existen numerosos factores que pueden inducir anemia en los perros, y algunos de los más comunes son:
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Pérdida de sangre: debido a heridas, intervenciones quirúrgicas, parásitos internos como los gusanos del corazón (Dirofilaria immitis) o externos (pulgas, garrapatas), o hemorragias gastrointestinales.
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Destrucción de glóbulos rojos: esta es causada por trastornos autoinmunes, infecciones o el uso de ciertos medicamento.
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Producción insuficiente de glóbulos rojos: este es el resultado de las carencias nutricionales como hierro, vitamina B12 o ácido fólico, enfermedades a largo plazo o problemas en la médula ósea.
Diagnostico a tiempo: bienestar seguro
Por su parte, el diagnóstico implica realizar un examen físico exhaustivo y pruebas de sangre, que incluyen un hemograma completo. Este análisis permite verificar el número de glóbulos rojos, hemoglobina y otros parámetros necesarios para identificar la causa y severidad de la anemia.

Síntomas que debes observar
Estas pueden diferir en función de su gravedad, pero algunos síntomas comunes son:
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Cansancio y debilidad inusual
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Encías de color pálido
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Pérdida de apetito
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Reducción en el peso
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Aumento del ritmo cardíaco
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Dificultad para respirar
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Desmayos o mareos en situaciones severas
Es fundamental prestar atención a estos síntomas y acudir al veterinario si observas alguno en tu mascota, quién determinará la causa y condición para definir el tratamiento adecuado.
En algunos casos, suelen recetar suplementos de hierro (vía oral o intravenosa) y terapias para controlar la causa raíz. Vale destacar que la anemia canina necesita atención inmediata y adecuada para prevenir complicaciones graves.