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Cómo lograr alta cobertura: ¿Brocha, esponja o dedos?

Brocha, esponja o dedos: cada técnica ofrece un acabado diferente

Sin embargo, la verdadera magia reside no solo en la calidad de la base, sino en la herramienta que utilizamos para aplicarla. La elección entre la precisión de la brocha, la fusión de la esponja o la calidez de los dedos puede dictar si obtenemos un velo ligero o una full coverage digna de alfombra roja.

En el mundo del maquillaje profesional, no existe una respuesta única. Por eso, desglosamos las ventajas y desventajas de cada técnica, enfocándonos en cómo maximizar la alta cobertura que tanto buscamos, sin sacrificar la naturalidad.

1. La brocha: dominio y máxima cobertura

La brocha es, por excelencia, la herramienta favorita de los maquilladores que buscan construir cobertura. Su diseño permite depositar el producto de manera uniforme y controlada.

  • Para alta cobertura: busque brochas densas y con corte plano; la clave está en usar movimientos de golpecitos suaves en lugar de arrastrar el producto. Esto deposita la base directamente sobre la piel sin mover el pigmento, logrando esa cobertura máxima que dura más.

  • Pros: esta permite trabajar capas finas para modular la cobertura; es ideal para bases densas o líquidas. Ofrece el máximo control.

  • Contras: no obstante, si la brocha es de mala calidad o la técnica es incorrecta, puede dejar marcas o rayas que requieren difuminado posterior. Requiere limpieza frecuente.

2. La esponja (beauty blender): fusión impecable y acabado piel 

La esponja, popularizada por su capacidad de imitar la textura de la piel, es la herramienta reina para lograr un acabado fundido y natural. Además, es perfecta para bases ligeras a medias.

  • Para alta cobertura: aquí el secreto es usar la esponja humedecida y bien escurrida, aplicando el producto con movimientos de toques suaves y rápidos (bouncing). Esto presiona el pigmento contra la piel, logrando la cobertura, pero sin dejar sensación de máscara. Use el extremo puntiagudo para áreas delicadas (nariz y ojos).

  • Pros: crea un acabado sin costuras, sin líneas ni parches. Es excelente para difuminar contornos y correctores.

  • Contras: sin embargo, la esponja absorbe gran parte del producto (lo que gasta más base). Si busca una cobertura extremadamente alta, la esponja puede diluir el efecto.

    Una base perfecta no se nota, ¡se admira!

3. Los dedos: calidez, fusión y velocidad

La técnica más antigua y accesible de todas. Las manos son el instrumento ideal para lograr una aplicación rápida y un acabado «como si fuera mi piel, pero mejor».

  • Para alta cobertura: la calidez de los dedos ayuda a fundir bases cremosas o muy espesas, haciendo que se mimeticen rápidamente con la piel. Para conseguir la cobertura, aplique la base dando pequeños toques suaves con la yema del dedo en las áreas que lo necesiten, extendiéndola rápidamente.

  • Pros: La mejor herramienta para mezclar y calentar el producto, logrando un acabado muy natural y radiante. No requiere inversión y es muy rápido.

  • Contras: Por otro lado, no es recomendable para pieles con poros muy dilatados (puede depositar el producto dentro) o para crear capas uniformes. Puede transferir grasa o bacterias a la piel si las manos no están perfectamente limpias.

Al final, la herramienta perfecta es aquella que domines mejor y que se adapte al efecto que buscas. Si lo que desea es la máxima cobertura y precisión, la brocha densa es su aliada. Si anhela un acabado de «piel fundida» y natural, la esponja gana la batalla. Experimente, pues la belleza del maquillaje reside en encontrar su propia técnica de maestría. Así pues, tome su herramienta favorita y conviértase en la artista de su propia cobertura de lujo.

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