Fundador y durante muchos años director de la emblemática Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, dejó un legado imborrable en la difusión y promoción de la cultura musical en Venezuela y más allá.
La Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho expresó a través de su cuenta en la red social X su tristeza por la pérdida del maestro, a quien calificaron como una figura fundamental en su historia. “Hoy, con profunda tristeza, anunciamos el fallecimiento de quien fuera fundador, director musical por muchos años y figura emblemática de nuestra institución: el maestro Rodolfo Saglimbeni. Paz a su alma”, afirmó la orquesta en su comunicado.
Saglimbeni nació en Barquisimeto el 8 de diciembre de 1962. A lo largo de su vida, se consolidó como uno de los directores más respetados del continente, dejando una huella imborrable en el panorama cultural. En 1989, fundó la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, un proyecto que dirigió hasta 2002 y que se convirtió en un referente cultural del país. Posteriormente, asumió la dirección artística de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas en 2003 y, desde 2019, fue director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Su legado perdura en cada orquesta que tocó con su batuta.

Su trayectoria estuvo llena de numerosos premios, como el premio Director de las Américas otorgado en Santiago de Chile en mil novecientos ochenta y nueve, el Premio Nacional del Artista que recibió en Venezuela en mil novecientos noventa y nueve y, en dos mil catorce, se le otorgó el título de Caballero de la Orden de la Estrella de Italia, uno de los más altos honores culturales que otorga el gobierno italiano. Además, recibió el reconocimiento honorífico ARAM por parte de la Royal Academy of Music de Londres.
Saglimbeni también fue un educador incansable. Enseñó en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, fue mentor en el Sistema Nacional de Orquestas y en el Mozarteum de Caracas, y dedicó una parte significativa de su existencia a la enseñanza de nuevas generaciones en la música. Su dedicación a la educación y al fomento de la música clásica constituyó uno de los fundamentos de su legado.
Su formación musical incluyó estudios en Venezuela y en la prestigiosa Real Academia de Música de Londres, lo que amplió su perspectiva artística y sus habilidades técnicas. Durante su trayectoria, se dirigió a orquestas en Europa, Estados Unidos y América Latina, trabajando junto a organizaciones como la Haydn de Londres, la Radio/Televisión de Luxemburgo y diversas orquestas nacionales y regionales en varios países.
Entre sus logros más destacados, figura la creación del Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles de Venezuela, una iniciativa que ha capacitado a millas de jóvenes intérpretes y que sigue siendo un modelo en la educación musical del país. Asimismo, fue director adjunto de la Orquesta Sinfónica Venezuela durante seis años y roles especializados en la Sinfonietta de Caracas y en la Fundación Teresa Carreño.
La amplia trayectoria y dirección de Saglimbeni le brindaron la oportunidad de promover eventos significativos en Europa y América Latina, estableciéndose como un modelo en la formación y crecimiento de orquestas. Su trabajo no solo mejoró la escena musical en Venezuela, sino que también contribuyó al panorama cultural musical en el continente.
Su legado perdurará en las numerosas generaciones que han tenido la oportunidad de beneficiarse de su habilidad y dedicación. El ámbito musical y cultural de Venezuela y América Latina se despide con tristeza de un mentor que se entregó por completo a la valiosa tarea de promover la hermosura de la música clásica y apoyar a los talentos emergentes.