Azú Pastelería, una marca que se erigió en 2017, forma parte del gremio de pastelerías en el mundo que son ‘bean to pastry’, es decir, “somos desde la semilla hasta el postre”, afirma su creadora María Evans, una de las mejores pâtissier en Venezuela, consagrada como una exitosa empresaria con su proyecto que considera su “pasión”.
Inspirada en el logro de su meta en el 2014, tomó sus maletas y sus dos hijas rumbo a Madrid, para cursar estudios en Le Cordon Blue y en el Gremio de Pastelería de Barcelona, donde aprendió nuevas técnicas para elaborar postres glaseados “que en Venezuela no se daban” para el momento en las academias.
Los retos siempre se superan
Pese a poder ejercer su profesión en la nación ibérica, dos años después regresa al país e inicia un emprendimiento, fruto de su anhelo como madre de brindarle un buen futuro a sus hijas, horneando galletas en su hogar y que con el paso del tiempo se transformó en un modesto servicio de catering para bodas con sede en San Bernardino.
“Yo comencé horneando galletas desde mi casa. El hecho de haber sido madre joven me hizo tener que generar ingresos y lo conseguí a través de la pastelería. Fue muy bonito descubrir un mundo que, haciendo algo que me apasiona que es hornear, me generara ingresos para sacar a mis hijas adelante en ese momento y formar lo que es ahora Azú, una empresa de más de cien trabajadores, con dos sedes y ya por abrir la tercera”, recuerda la joven, de 35 años, para quien los retos han sido un gran aprendizaje para seguir adelante. “Yo he sido terca en muchas cosas, entonces cuando veo una meta y se me pone más difícil, más me empeño. Hay personas que desisten, yo soy todo lo contrario. Mientras más difícil se pone el objetivo, más estoy fijada a eso”, comenta con seguridad por el crecimiento de su marca que cada día la motiva más.
En las sedes de Azú, ubicadas en Chacao, Las Mercedes y próximamente en el Centro Comercial Parque Cerro Verde, los amantes de la buena comida pueden degustar un brunch, acompañado de sus postres (croissants, macarons, una manzana glaseada, entre otros) que deleitan el paladar.
Apoyando la producción local
Estas ingeniosas creaciones se elaboran con frutas y cacao, el centro de su discurso gastronómico, adquiridos “directamente” a productores locales, entre ellos Chuao y la Hacienda La Sabaneta, que le proveen el cacao para crear el chocolate bean to bar utilizado en “la producción de la pastelería”, otros productos de la marca y comercializarlo a “algunos restaurantes”, dice María satisfecha por el aporte socioeconómico de su empresa en las comunidades país.
Explorando otras latitudes
“Lo que tenemos proyectado para este año es sacar, además de la colección de chocolate que ya tenemos como las barras para comer directamente, es una línea para pasteleros que puedan tener un chocolate con unas medidas específicas en nivel de pasteleros profesionales” para trabajar.
Impulsando nuevos conocimientos
Otra de sus motivaciones es enseñar a las nuevas generaciones durante los cursos dictados por pasteleros profesionales en Azú., entre estos “el Máster de Chocolate (que tiene previsto dictar por tercera ocasión en agosto de este año) avalado por el Gremio de Pastelería de Barcelona, España”, y que a su juicio representa “un avance” para el gremio pastelero venezolano”.
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Robert Melo Marquez
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Adolfo Acosta
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