La jardinería lenta o el slow gardening es un procedimiento el cual puedes crear un jardín de exhibición en tu hogar. Además, este pequeño edén no solo mejora el planeta, también el bienestar físico y mental. Pero, ¿qué es la jardinería lenta?
Fue iniciado por el estadounidense Felder Rushing, quien incluso tiene libros al respecto de este movimiento. Además, tiene inspiración del slow food (comida lenta), fundado en Italia por Carlo Petrini. Ambos comparten algunos principios que ahora se denominan slow life (vida lenta), que se busca revertir y combatir la rapidez de nuestro entorno.
El slow life quiere que las personas se concedan su tiempo para disfrutar de los gustos personales y ser conscientes de lo que son, dónde están y qué hacen.
Al aplicarse a la jardinería lenta, tiene un enfoque filosófico y de vida, orientado hacia los mismos fines. La idea no es solo cultivar o tener un jardín, es disfrutar de cada tarea, desde que se compra la tierra, se abona, se agregan las semillas o la planta en sí, y regarlas.
Beneficios
Este movimiento busca restablecer y fortalecer la conexión con la naturaleza, y a su vez, brinda la posibilidad de conectar con la belleza de las plantas.
¿Cómo se cultiva?
Lo primero que hay que mencionar, es que la jardinería lenta necesita de mucha paciencia. No se trata de trasladar el estrés al jardín, es dejar ir la rutina mientras se ejecuta la actividad.
