«Para mí la radio es el sueño que tuve desde chiquita, pero esta oportunidad me sorprendió», dice Isa Bermúdez, una de las locutoras que con su presencia radial ha renovado la emisora Onda del Circuito Unión Radio, abordando como especialista temas de marketing. «Valoro que la vicepresidenta María Alejandra López haya estrechado la brecha de los sueños que tenemos todos».
Se dio a conocer como la voz femenina de la una de la tarde en un programa sin nombre. Aunque ella sí que tiene uno. Creció entre óleos, pinturas y la apreciación por la estética. Nieta de Lía Bermúdez, la escultora zuliana nacida en Caracas, cuyo centro de arte homónimo en la ciudad de Maracaibo pasó a ser el epicentro cultural de la región petrolera de Venezuela.
También nieta de Julián Ferris, premio nacional de Arquitectura y fundador de la Universidad Metropolitana, Isa Bermúdez Ferris fue distinguida en 2021 con un récord Guinness, que aumentó el brillo de su palmarés.
El reconocimiento mundial vino dado por su intervención en la clase virtual más larga de la historia, dictada con la plataforma EXMA, la más influyente de América Latina en materia de educación y marketing. El encuentro superó las 48 horas continuas con oradores que iban relevándose alrededor del mundo.
Con estudios de comunicaciones y tecnología en Estados Unidos, su lado sensible quedó de manifiesto al crear en Caracas el Panabus, una iniciativa a favor de la gente en situación de calle. Pertenece a la élite de locutores de la emisora Onda y hoy habla de la importancia de la marca personal y promueve su bandera a favor de la mujer impacto.
«Para mí la radio es el sueño que tuve desde chiquita, pero esta oportunidad me sorprendió», dice Isa Bermúdez, una de las locutoras que con su presencial radial ha renovado la emisora Onda del Circuito Unión Radio, abordando como especialista temas de marketing. «Valoro que la vicepresidenta María Alejandra López haya estrechado la brecha de los sueños que tenemos todos».
Madre de tres hijos —Rodrigo, Gonzalo y María Isabel— y esposa de Aureliano Ugueto Otáñez, esta emprendedora digital ha sabido llevar con igual nivel de destreza su mundo más íntimo y su campo como asesora de empresas, conferencista internacional y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Hoy, recibe en su casa al equipo de ESTAMPAS. Su refugio, ubicado en el este de Caracas, está enmarcado por los retratos de naturaleza de su madre fotógrafa, Ana María Ferris, y los libros que han avivado la mente ya curiosa de su padre abogado, José Rafael Bermúdez.
—Cuando se habla de marca personal, ¿a qué exactamente quieres referirte?
—La marca personal es lo que te representa a ti. Todos tenemos una, porque es la huella que vamos dejando en el mundo. La diferencia es qué tan visible la estamos haciendo. El desafío es entender el poder que tiene darle visibilidad a lo que tú eres.
—¿Cómo se construye una marca personal?
—Lo más importante es conocerte a ti mismo, porque no puedes proyectar algo si no lo conoces. Comienza por un trabajo de introspección, saber quién soy y a quién quiero impactar.
—¿Cuál es la importancia del contenido para una marca personal?
—El contenido es la partícula atómica de todo buen marketing, es lo que tú entregas. Para tener una marca personal hay que darle valor al otro y eso tiene que ver con la calidad de contenido.
—Muchas veces el contenido es la misma persona…
—Hay gente cuyo contenido es entregar bailes, yo no soy de esa corriente, no creo que tenga trascendencia en el tiempo. La visión de marca personal debe apuntar a generar un impacto positivo.
—¿El impacto cómo puede entenderse?
—El impacto positivo implica dejar una huella en alguien de manera que lo haga ser mejor. Mi propósito, por ejemplo, es transformar vidas y cambiar realidades. Por eso yo trabajo con el Panabus.
—¿Qué es el Panabus?
—Son autobuses de pasajeros que compramos con la fundación Santa en las calles. A estos autobuses les quitamos todos los asientos y los habilitamos con ducha con agua caliente, instalamos una poceta, una estación de barbería, una camilla con atención médica primaria y un comedor. La experiencia es que la persona en situación de calle sube al autobús, se baña, se afeita, se corta el pelo, es atendida por los médicos de la unidad, recibe una comida caliente y nosotros, junto con trabajadores sociales, buscamos reinsertarlos en la sociedad.
—¿Y se ha logrado?
—Se ha logrado con éxito. Eso es lo que llena de satisfacción. Como marca personal me gusta ayudar a las personas a visibilizarse y lo busco de manera coherente, tanto en la gente en situación de calle, como cuando trabajo con las grandes marcas. Entiendo que a veces preferimos ignorar a las personas en situación de calle y que hasta nos resulte incómodo su contacto visual. Es gente que nadie ve. Y yo lo que trato es de visibilizarlas para que reciban la ayuda que necesitan.
—¿Dónde forjó esa sensibilidad social?
—Yo estudié en un colegio de monjas y entendí con las hermanas ursulinas de la Academia Merici el valor de servir, una misión que llevé por catorce años. Y la mayor satisfacción la he tenido cuando he podido tocar vidas ayudando a las personas. A mí me gusta abrazar a la gente de la calle. Hubo también una circunstancia de mi vida que me obligó a preguntarme qué voy a dejar si me voy de este mundo y supe que quería impactar en positivo sobre la vida de otros.
—Volviendo al protagonismo de las redes. La repercusión parece ser lo importante…
—Hay gente que, en busca de reconocimiento, tiene como meta ser viral. A mí me llama gente para que les lleve las redes sociales o para que les ofrezca estrategias porque quieren tener seguidores. La pregunta siempre es para qué quieren los seguidores.
—Pretender aumentar los seguidores parece una meta lógica…
—Claro que sí, pero es que una vez que se alcanza esa meta, la gente no tiene en cuenta que las redes sociales activan una cantidad de trabajo importantísimo. Cultivar una comunidad es un trabajo diario y un contenido viral no es necesariamente lo que te llevará a una trascendencia.
—¿Vale todo para incrementar la notoriedad?
—No vale todo. Lo principal es que cada empresa tenga una misión y una visión y sobre esos valores es que debe construirse, eso es lo que vale para trascender. Hay empresas que en su ADN está el valor de la disrupción, y les va bien porque son coherentes con sus valores. Contrario es que cuando una empresa usa la estrategia equivocada de ir en contra de su propia definición de valores.
—Se habla de la competencia entre la marca personal y la marca empresarial…
—La marca empresarial es lo principal, ahí convive todo el ecosistema, es la base del negocio. La marca empresarial debe ser impecable a nivel reputacional. Después vienen las marcas personales, que pueden ser los mismos empleados, o personas que representen a la empresa pero que deben hacerlo con mucho cuidado porque influye en la percepción que se tenga de esa empresa que representa.
—No parece fácil controlar el riesgo a veces peligroso de una marca personal sobre una marca empresarial.
—Es sencillo. La marca personal contratada por una empresa, sean empelados o no, debe tener valores similares con quien lo contrata.
—¿Apuesta por el marketing transgresor?
—Yo no comulgo mucho con el marketing transgresor, entiendo que hay muchas personas haciendo marketing transgresor, pero la misma palabra lo dice, estás transgrediendo y yo soy más de las personas que les gusta construir en positivo y generar impacto. Prefiero transgredir pero desde una visión más positiva.
—Para muchos es importante ese mantra de «Que hablen mal o bien pero que hablen».
—Eso pasa muchísimo. Yo prefiero que hablen bien y no que hablen mal. Yo creo que no hay nada más importante que tener coherencia con tus valores, principios y con quién eres, eso es lo que te garantizará un camino largo.
—Ha dicho que el éxito en las redes depende de las estrategias.
—Sí, porque hay gente que cree que solo por postear es suficiente y resulta que a veces no les funciona porque no están trabajando con estrategias.
—¿Cómo definir una estrategia?
—Primero tienes que entender quién eres tú y luego quién es tu público objetivo y qué quieres lograr. Hay personas que están haciendo cosas en las redes porque quieren visibilidad pero no les está generando ventas ni clientes. Luego identificar si los likes que te genera el contenido que posteas guarda relación con los likes de los clientes que necesitas. No todas las redes funcionan para todos los clientes. La gente pierde mucho tiempo en canales que no son tratando de llegar a clientes. Deben tener claro hacia dónde vas y elegir el canal adecuado para transmitir tus mensajes.
—Hablemos de su mirada sobre el desarrollo de la mujer venezolana.
—Como dijiste al principio, yo soy nieta de Lía Bermúdez, una mujer que vivió una época donde no había tanta equidad y, sin embargo, la vi labrarse un camino y lograr impactar y abrir camino a los demás. Eso es algo que yo he tratado de seguir. En mi equipo de trabajo la mayoría somos mujeres, entiendo como mujer los retos que es querer hacerlo todo bien y eso puede ser agotador.
—¿Es agotador porque se supone que es un mundo guiado por hombres?
—Yo tengo muchos años trabajando en tecnología y viví en carne propia lo que es estar en una mesa y ser la única mujer, así que descubrí cómo hacerme notar. Además, yo soy chiquita entre todos esos hombres grandes cómo hacía para tener un lugar en la mesa, que mi opinión fuera escuchada y tener las mismas oportunidades y los mismos sueldos. Eso es un reto como mujer. El desafío de las mujeres sigue siendo buscar y encontrar la autonomía económica.
—Ese desafío quedó superado en su caso…
—Una de las razones por las que estoy emprendiendo y que no esté dentro de una empresa es por mi historia de vida. Yo sufrí tanto para tener a mis hijos que una vez que los tuve supe que no quería estar en una oficina todo el día trabajando. Yo no pasé 9 meses en cama para luego de tener a mi hija no atenderla. A mí me ofrecieron un puesto en Amazon para trabajar operaciones para Latinoamérica. Yo decidí que no. Claro, pasé una semana sin hablarle a nadie porque en lo profesional ese era el sueño dorado.
—¿La renuncia a Amazon a cambio de qué?
—Decidí emprender y ser dueña de mi tiempo, quise tener la posibilidad de generar mis propios ingresos, de ocuparme de mis hijos y de mi esposo y de tener todas las maravillas que siento que tiene este país.
—¿Resulta necesaria la figura del influencer?
—Los influencers no van conmigo. Cuando empecé a visibilizarme hace cuatro años, la gente comenzó a preguntarme si yo quería ser influencer y esa palabra me paraba los pelos.
—¿Por qué rehusarse al término influencer?
—Respeto a los influencers, pero yo no busco la fama ni tener que decir a las mujeres cuál es la pintura de labios que deben comprar. Siento que la figura del influencer está muy ligada al ego. La gente tiene que invertir en cosas más interesantes que ver qué come la otra gente, qué hizo o qué ropa luce.
—Entonces, ¿con cuál concepto se identifica?
—Yo uso las redes sociales para causar un impacto positivo, para motivar o exhortar a cosas más trascendentales. Por eso, registré Impacters como una marca. Creo que es mucho más poderoso usar una voz y generar impacto positivo, o traer a la mesa problemas de índole social. Yo prefiero ser vista como una mujer impacto y no como una influencer.
Isa Bermúdez
@isabermudez
Néstor Luis Llabanero
@llabanero
Fotografía:
Anderson Diaz
@andersondiazs
Make up y estilismo:
Delia Mora
@delioraestilista
Outfit:
Morella Salcedo
@eltallerdemorella
Yenny Bastida
@yennybastida