Perder una prenda favorita por encogimiento en la lavadora o secadora es una experiencia frustrante y común. Sin embargo, antes de resignarte a desecharla, existen trucos caseros sorprendentemente efectivos para intentar recuperar su tamaño original. La clave está en la relajación de las fibras, y el primer paso suele ser el remojo.
El método más popular y efectivo para recuperar ropa encogida es el uso de acondicionador para el cabello o champú de bebé. Llena un balde o lavabo con agua tibia y añade una cucharada grande (aproximadamente 15-30 ml) de acondicionador o champú por cada litro de agua. Mezcla bien hasta que se disuelva. Sumerge la prenda encogida completamente en esta solución, asegurándote de que todas las fibras se saturen. Déjala en remojo durante al menos 30 minutos, o incluso unas pocas horas para tejidos más rebeldes. El acondicionador ayuda a relajar las fibras tensas del tejido.
Pasado el tiempo de remojo, no enjuagues la prenda. En su lugar, sácala suavemente y escúrrela con delicadeza, sin retorcerla, para eliminar el exceso de agua. Luego, extiéndela sobre una toalla limpia y seca. Con mucho cuidado, comienza a estirar la prenda suavemente en todas las direcciones, de forma gradual y uniforme, devolviéndole poco a poco su forma original. Concéntrate en las áreas que se encogieron más, como las mangas o el largo. Una vez estirada a tu gusto, deja que la prenda se seque completamente al aire, preferiblemente en una superficie plana para evitar que se deforme.
Este truco funciona mejor con fibras naturales como el algodón, la lana o la cachemira. Con tejidos sintéticos, los resultados pueden variar. Si la prenda se encogió significativamente, es posible que no recupere el 100% de su tamaño, pero sí una parte considerable que la haga de nuevo usable. La paciencia y la suavidad son clave en este proceso para evitar dañar aún más el tejido. Recuperar tu ropa encogida no solo te ahorra dinero, sino que también es un pequeño acto de sostenibilidad.
