La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reseñó en uno de sus últimos informes que actualmente “el 45,6 % de las mujeres en edad de trabajar tienen un empleo, en comparación con el 69,2 % de los hombres”. Esta brecha porcentual del 23,6 % se atribuye principalmente a las responsabilidades familiares, que repercuten de manera desproporcionada en la capacidad de las mujeres a participar en el mercado laboral”, un panorama que ha abierto las puertas al emprendimiento, una aventura a la que cada vez se suman más mujeres, quienes más allá de controlar los presupuestos familiares, tomar decisiones financieras desarrollan su potencial procesional.
Según el informe “Global Entrepreneurship Monitor” de 2020, se estima que más del 70% de los jóvenes en edad laboral consideran el emprendimiento como una opción viable y deseable. Esta tendencia se debe en gran medida a la búsqueda de mayor flexibilidad y autonomía en el trabajo, así como a la posibilidad de diversificar fuentes de ingresos y no depender de un único empleador.
A través de sus iniciativas, que son reflejo de su resiliencia e ingenio, las mujeres están construyendo futuro pese a la brecha de género que persiste en el mundo laboral.
Una alternativa que transforma vidas
De esta forma se puede denominar el hecho de que las mujeres deciden ser emprendedoras, un acto que más allá de ser una iniciativa, les brinda la oportunidad de compartir su visión de vida, contribuir al desarrollo social y liberarse de las ataduras económicas de otros, ya que puede generar sus propios ingresos y mejorar su calidad de vida y la de su familia. Las mujeres que tienen su propia empresa experimentan un mayor nivel de autonomía y empoderamiento que se refleja en una mejor autoestima y bienestar físico y mental.
Además, el éxito de su proyecto las consolida como líderes y agentes de cambio, cuyas habilidades les permiten tomar decisiones de forma acertada sin depender de terceros.

Esta experiencia también es ya una oportunidad para adquirir nuevos conocimientos como la gestión financiera, manejo de redes sociales, equipo humano, marketing, negociación y la resolución de problemas destrezas esenciales para superar los desafíos que pueden afectar el crecimiento de su empresa, que también crea nuevos empleos y se convierten en fuentes de inspiración para las futuras generaciones, a largo plazo.
Asimismo, podemos trabajar en conjunto con otras mujeres que comparten esta iniciativa, lo cual les permite apoyarse mutuamente e intercambiar información sobre los retos que enfrenta y lograr objetivos.
Igualmente, se debe contar con la asesoría de un experto que ayude a desarrollar un plan de negocios, evolución de nichos de mercado, y definir mejor los objetivos que conlleven el éxito empresarial.