¿Cuántas veces se nos ha ocurrido una idea que nos hizo sentir entusiasmados, que al decidir compartirla con nuestra pareja o con un buen amigo buscando su apoyo o motivación, lo que escuchamos es un comentario negativo, como: “Si, me encanta tu idea, pero…”?
Pero esta Navidad es el momento ideal para cambiar esa narrativa. La temporada festiva nos invita a renovar la esperanza y la fe en lo posible. En vez de enfocarnos en lo que podría salir mal, abramos la puerta a la confianza y al optimismo. El espíritu navideño es un llamado a creer en nuevas posibilidades, a reprogramar los pensamientos negativos ya llenar nuestro corazón de valor para transformar esas ideas en realidad.
Es normal que el miedo y las dudas nos asalten, más en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, rodearnos de personas positivas y entusiastas, que nos apoyan con su energía y experiencia, puede ser el mejor regalo para nuestro emprendimiento y bienestar personal. Mantener una actitud abierta y proactiva nos permite descubrir recursos y caminos que antes no habíamos considerado, manteniendo viva la ilusión que la Navidad despierta naturalmente.
En estas fiestas, tomemos la decisión de pensar primero en lo positivo, dejando que la esperanza y la motivación sean nuestro motor para emprender nuevos retos y hacer realidad nuestros sueños. Porque la magia de diciembre no está solo en las luces y los regalos, sino en la confianza renovada en nosotros mismos y en el futuro que queremos construir.
Herramientas para evitar poner tantos peros
Primero, busca lo positivo. Para que tu idea pueda concretarse, debes pensar primero en todo lo positivo que tiene el proyecto, y en todo lo bueno que va a traer a tu vida. Luego, identifica claramente tu objetivos, visualiza el momento en que los consigas, dejando libremente fluir tu imaginación, sin peros, sin ideas pesimistas que nublen tu visión de futuro.
Reúne las herramientas necesarias. Enfrenta tus retos con una visión positiva y optimista, piensa que puedes lograrlo. Dedícate a reunir todo aquello que te ayude a hacer realidad tu sueño: el conocimiento, los medios, los relaciones y sobre todo, haz un inventario de tus herramientas y fortalezas esenciales para conseguirlo. No olvides sumar el deseo, la motivación y la confianza en que serás capaz de lograrlo.
Revisa el plan. Después de tener claro qué es lo que quieres y cómo vas a lograrlo, revisa las limitaciones y los puntos débiles uno por uno, con objetividad y confianza, y piensa en cómo puedes resolverlos. Busca inteligentemente una alternativa, elabora un plan B. Mantén la calma y conserva la ilusión.
Persiste. Compromete y no desistas, recuerda que el universo siempre conspira para apoyarte a convertir ideas positivas en una acción concreta. Muchas veces el éxito se encuentra a la vuelta de la esquina, los pequeños fracasos no son más que experiencias que te enseñan, te enriquecen y te acercan al éxito.
