El altar premiado de José Gregorio Hernández

El anuncio de la canonización de José Gregorio Hernández ha invadido de júbilo al país. Una de las sedes para la celebración es la iglesia La Candelaria, donde se encuentra el altar que alberga los restos mortales del primer santo venezolano.

El arquitecto Gregory Vertullo desarrolló el proyecto en apenas 20 días, desde la concepción hasta la materialización. Ha sido premiado en la categoría “Religioso” de la reciente edición de la Bienal de Arquitectura, convocada por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), por su valor patrimonial, el diseño de imagen, la restauración y el interiorismo.

Una escultura de bulto de José Gregorio Hernández de tamaño real, ocupa la hornacina central del altar.

No obstante, hay que decir que esta historia comenzó con la promesa que originó el nombre del artífice del altar: José Gregory Vertullo, hijo de inmigrantes italianos.

En los años sesenta, su hermano mayor fue hospitalizado. A su madre, que apenas hablaba español, una enfermera le obsequió una estampita del doctor José Gregorio Hernández, explicándole que le pidiera la salvación del enfermo.

La mujer lo hizo, prometiendo que iba a tener otro hijo al que le iba a poner su nombre, si curaba al primogénito… Y así fue, el niño sano, y al cabo de pocos años nació un bebé que fue bautizado en homenaje al “médico de los pobres”, que se convirtió en un arquitecto que se ha especializado en restauración, destacando su labor en el Hotel Humboldt, la iglesia de San Francisco y la de La Candelaria.

La nueva caja de madera frente al viejo ataúd de piedra que guardaba los restos del santo

El párroco del Santuario Nuestra Señora de La Candelaria, Gerardino Barracchini, lo convocó en la época de la pandemia para resolver con carácter de urgencia la construcción del altar, ante la inminencia de la proclamación del beato.

Arquitectura para la Fe

Gregory Vertullo enseguida puso manos a la obra para erigir un monumento que respetara el estilo arquitectónico del templo, que data del siglo XVIII, y que al mismo tiempo sintetizara en sus formas la simbología católica y resaltara las reliquias.

El altar diseñado por Gregory Vertullo respeta la escala y el estilo de una iglesia construida en el siglo XVIII.

Bajo el concepto de la “Stella Maris” (Estrella del Mar) que acompaña la tradición de la Virgen del Carmen, Vertullo desarrolló un diseño “bañado de luz” en el altar lateral de la nave de La Epístola. En la hornacina superior puso a la Virgen del Carmen, de la que era devoto el doctor Hernández. En la del medio, colocó una escultura de bulto a escala natural del venerable, y en el nicho ubicado en el segmento inferior, alojó la urna con los restos.

Las autoridades eclesiásticas observan las reliquias encapsuladas en la caja acrílica especialmente diseñada para su conservación.

Para albergar la osamenta, el arquitecto propuso un recipiente acrílico encapsulado en una caja de puy empotrada en el nicho de tal manera, que parece que flota. Esta ha sido identificada con un monograma diseñado especialmente para este proyecto y la efigie de la Virgen ubicada al frente. Ambos, realizados en oro, donado por los feligreses.

Imagen para el recuerdo: El Cardenal Jorge Urosa Savino se acerca al altar durante la ceremonia de beatificación

De esta manera, para el arquitecto se vendió lo que él considera “su designio de vida”, con un proyecto que ha lleno de fervor y valor simbólico.

Fotografías cortesía de Gregory Vertullo

@gregoryvertullo

@cav.net.ve

Simbold.com

@simbold360

 

 

 

 

 

Estampas recomienda