Como puedes imaginar, es muy valioso contar con una pareja empática porque existirían mayores probabilidades de que tus emociones sean arropadas y tus necesidades comprendidas. Sin embargo, es caso encontrar que ambos miembros de la pareja tengan altos niveles empáticos y tengan este aspecto como un objetivo en constante desarrollo. Por lo tanto, hoy quiero dejarte algunos consejos para cosechar la empatía en tu relación de pareja. Sugiero que le compartas este escrito a esa persona especial con quien quieres mejorar este importante aspecto de la relación.
Primero . Cuando te sientas mal por algo que tu pareja hizo, procura explicar lo que sentiste y la causa sin juzgar a la persona. Sé que puede ser difícil darte cuenta cuando lo que estás haciendo mal, así que te sugiero que las primeras veces que pongas esto en práctica, escribe tus ideas antes de sentarte a hablar, y así, reflexiones unos minutos al respecto. No puedes pedirle a tu pareja que sea empático si tú no trabajas tu empatía.
Te dejaré un ejemplo de cómo no debes hacerlo y cómo sí funcionará:

Mejor así: “Anoche me sentí triste porque alzaste la voz. Desconozco qué te pasaba, pero quiero que sepas que no me gustó y no quiero que se repita”. El foco está en la acción y solución, no en la persona.
Segundo. Si bien tienes que hacerle saber cómo te sentiste, ten cuidado en hacer interpretaciones negativas de tus acciones. Si en tu discurso le colocas malas intenciones, no sentirás tu empatía. Nuevamente, te doy ejemplos de cómo no debes hacerlo y cómo sí podría funcionar.
“Estos días has estado muy distante conmigo. Seguramente estás pensando en dejarme y no sabes cómo hacerlo”. Aquí hay una clara suposición que no funcionará para trabajar la empatía. Se sentirá atacado, se cerrará, y probablemente, te atacará de vuelta.
Tercero. Pedirle a tu pareja empatía es una forma de ayudarte a reconocer cuándo te está afectando su actitud, por lo que es probable que te funcione una pregunta mágicamente poderosa. Eso sí, no abuses de ella para que surta efecto y utilízala en el momento apropiado: apenas ocurre la acción que te incomoda y justo antes de molestarte. Si ya la rabia te alcanzó, no la uses porque vas a contaminarla y perderá efectividad.
Espero que estos consejos te sean de utilidad y si consideras que no trabajar funcionaralo a solas, la terapia de pareja es una excelente manera de abordarlo con un tercero que podría ser imparcial.