Destinar parte del dinero recibido pagar deudas durante el último mes del años el año es una de las decisiones financieras más inteligentes que se pueden tomar, porque libera ingresos futuros, reduce el estrés económico y permite comenzar enero con mayor tranquilidad.
Esta oportunidad es una inversión en paz mental y estabilidad, especialmente si se eligen bien las deudas a saldar y se aprovechan ingresos extra de la temporada, como bonificaciones o utilidades. La clave no está en eliminar la fiesta, sino en redefinir prioridades: ajustar gastos, poner límites conscientes y usar la creatividad para disfrutar sin desbordar la tarjeta.
Además, cerrar deudas en diciembre ayuda a cortar el ciclo de resaca financiera de enero, en el que se mezclan saldos de tarjetas, créditos de consumo y nuevos gastos.
Cómo lograrlo
1. El primer paso es definir cuánto y a quién se debe, para lograrlo debes hacer un inventario que contemple monto, tasa de interés, pago mínimo y fecha de vencimiento de cada deuda (tarjetas, créditos personales, préstamos informales) para evitar sorpresas durante las fiestas.
Es conveniente separar las deudas con altos intereses de las más pequeñas para poder elegir cual puedes cancelar primero en base con tus ingresos y estilo de vida.
Elegir una estrategia de pago (bola de nieve o avalancha) El método bola de nieve que consiste en pagar primero la deuda más pequeña mientras se mantienen los mínimos en las demás; al liquidarla, se suma ese pago a la siguiente, creando un efecto motivador.

Es ideal para quienes necesitan ver resultados rápidos para mantenerse comprometidos.
Por otro lado, el método avalancha prioriza la deuda con mayor tasa de interés, aunque no sea la más pequeña, lo que reduce el costo total de intereses a largo plazo.
Esta opción es muy eficiente financieramente, aunque las “victorias” visibles tarden un poco más en llegar.
Aprovechar ingresos extras bonos, aguinaldos, utilidades o ingresos extraordinarios que pueden dividirse en porcentajes: una parte para deudas, otra para ahorro y una porción para celebraciones.
Por ejemplo, destinar entre el 30% para gastos navideños, 30% para ahorrar y el 40% de esos recursos a deudas permite avanzar fuerte sin dejar la fiesta completamente sin presupuesto.
Esto acelera el proceso sin recortar de golpe todos los gustos navideños.
Ajusta el presupuesto navideño para regalos, cenas, salidas, y respetarlo para evitar más deudas. Se pueden priorizar intercambios de regalo, detalles hechos en casa o experiencias compartidas en vez de compras costosas.
También reducir algunos gastos visibles (decoraciones muy caras, cenas fuera frecuentes, compras impulsivas) libera dinero para las deudas sin quitarle calor humano a la temporada.
Al final, lo que sostiene la Navidad son los vínculos, no el nivel de consumo.
Negocia con acreedores bancos o prestamistas mejores condiciones, como reducción de tasa, refinanciamiento o descuentos por pago anticipado. Esto puede hacer más llevadero el cierre de deudas antes de fin de año.
Paralelamente, es fundamental usar menos las tarjetas, evitar compras impulsivas y, si es necesario, limitarse a efectivo o débito para no seguir aumentando el saldo.
Al aplicar estos pasos cada pago que hagas te acerca a la meta en lugar de compensarse con nuevas compras