Lucía Alegría regala 10 canciones que se distribuyen en diferentes emociones y sentimientos que todos alguna vez atravesamos. El disco está construido de una manera desordenada, pero forman una simbiosis pura para que el escucha pueda conectar con cada una y pensar sobre los aprendizajes que se tienen con respecto a la emoción transmitida.
La venezolana nacida en Nueva Esparta supo expresar en letras y melodías lo que muchos no logran hacerlo en palabras. “Lo que quiero con esto es honrarle, hacerle una oda a esta desorganización de emociones y validar que las podemos sentir, que están dentro de nosotros y dejarlas salir. Estamos en un mundo donde las cosas y las emociones, sobre todo, se reprimen mucho, porque estamos todo el tiempo muy apurados, y vemos poco espacio para sentir”, acota la artista.
“Una fiesta al desorden” invita que los oyentes abracen todo lo que sienten, así sea a través de un disco que está “desordenado”.
“Al final las emociones son eso, ¿no? Como un desorden que está dentro de nuestro cuerpo, de nuestra vida, y al mismo tiempo en general también pienso que la vida es un desorden, nada en esta vida pasa de manera lineal por mucho que lo queramos”.
Pero antes de adentrarse a la producción de este disco, Lucía Alegría estudió Licenciatura en Actuación en Buenos Aires en la Universidad Nacional de las Artes, y una de las materias optativas era canto. Aquí es cuando se dio cuenta que tenía una voz armoniosa y que tenía la posibilidad de cantar.
Al momento que empezó a tomar clases de canto y ver la música como una profesión, le permitió tener confianza en ella y cómo podía transmitir con su voz.
“Empecé a darle más valor a las cosas que yo ya escribía, pero nunca había tomado en serio en escribir una canción o de reunirme con personas que hicieran música”.
El canto vino de la mano con su carrera actoral, y una cosa desenvolvió a la otra y comenzó a autogestionarse y atreverse a cantar.
Con respecto a lo que escribía desde pequeña, ella pone en perspectiva que se trataba de algo más poético que de un diario. También comenta a través de la risa que sus letras no tienen ritmo y sabe que es mentira.
“Cuando volví a Venezuela hace dos años, me encontré con un montón de cuadernos y libros, como una especie de canciones o intento de ellas. En ese entonces no tenía las herramientas ni entendía que existía esa posibilidad. Después de juntarme con personas dentro de la música, empecé a tomar valor y decir ‘esto tiene una melodía mi cabeza, puede tener un ritmo, puede tener un sentido, lo puedo armar como a nivel estructural’”.
Proceso de creación de “Una fiesta al desorden”
La venezolana comenta que el disco tuvo un proceso de casi cuatro años. Ella comenzó escribiendo su primer sencillo “La Ambigüedad” en 2020, pero no fue hasta 2023 que la publicó.
“Al principio yo pensaba solo lanzar singles, no imaginaba la posibilidad de hacer un álbum por todo lo que eso conlleva”.
A medida que Lucía Alegría fue encontrando las herramientas necesarias y a las personas que trabajaron con ella, pensó primer en lanzar un EP. Sin embargo, aparecieron más canciones en el camino y se convirtió finalmente en un álbum completo. La preocupación de la artista era enlazar cada una de las canciones porque no parecían tener una conexión, y al final pensó en las emociones. Con esto surge la idea que ella dijera: “Esta es mi carta de presentación y con esto quiero mostrar esta parte artística al mundo”.
¿Crees que es importante que los artistas expresen su sentir a través de las letras? También para relacionarse con el público
Para mí es una meta, e incluso si no fuese así, entonces lo estoy haciendo mal porque eso es lo que hago, y es de las cosas que más me trae felicidad. He podido contar con un montón de personas y es algo que mi novio me dice, “tú no eres consciente que tu música conecta mucho con la gente”.
Y de hecho, para mí fue y sigue siendo una gran sorpresa, que la canción que más gusta es “Olivia”, que es una canción muy personal y muy dolorosa. Aunque la escribí, pasé mucho tiempo sin poder cantarla en vivo completa porque me ponía a llorar, fue un momento muy difícil de mi vida y caer en cuenta de que mi voz o mis letras acompañan procesos de sanación para otros, es impresionante.
¿Cuál dirías es tu canción favorita del disco?
¡Qué difícil! Porque eso va cambiando. Ahorita la favorita y la popular es “La Trágica”. Con esta canción me permití hacer algo diferente a lo que yo venía haciendo. Si escuchas el disco completo, te das cuenta que hay una madurez, no solamente en las canciones, también (el disco) se va volviendo un poquito más sombrío. Y también eso, el tiempo pasa. Yo hace cuatro años tenía 25 años y no es lo mismo lo que uno le pase y como uno atraviesa esas situaciones a los 25 que a los 29 años.
“La Trágica” me permite explorar y desprenderme un poco de esa cosa tan ingenua, tan dulce y permitirme explorar algo más sombrío que también resultó, a mí me parece, algo muy bien y estoy muy orgullosa de esa canción.
¿Qué has aprendido sobre ti misma durante la creación de este álbum?
Empecé a entender que lo que yo digo importa, que tengo algo para decir. Yo sufro mucho del síndrome del impostor, más que todo me ha ayudado en afincarme quién soy yo como artista y en mandarme a hacer lo que quiero sin importar lo que diga la gente, lo que piensen o si va a funcionar o no. Realmente es conectarme con el deseo de hacer arte, y decir “yo soy una artista y yo voy a hacer esto porque yo quiero” lo cual es pararse en el precipicio y decir “me lanzo, no sé si me pusieron el paracaídas, pero yo me lanzo”.
Eso ha sido muy valioso porque me ha ayudado a nivel de autoestima, me ha ayudado a tener más confianza y de verdad creerme que yo merezco ser tratada como una artista, porque eso es lo que soy y empieza por uno, que uno se pueda reconocer.

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¿Cómo ha recibido tu música el público español?
Creo que bien, de verdad hay mucho potencial. En España el género que más predomina es el cantautor y siento que mi música tiene algo de cantautor y de folk, que es muy bien recibido.
Las veces que he estado en entrevistas acá o con personas, o las veces que he tenido la dicha de estar en concursos o lugares donde me pueden conocer personas, y más los españoles – porque obviamente en el mundo que me rodeo en España hay mucha gente latinoamericana –, esas oportunidades me han demostrado que hay un público esperando o que tengo que salir a buscarlo. Mi música gusta, solo que me tienen que conocer.
¿Cómo has visto la escena musical venezolana desde la distancia?
Ni tanto de la distancia porque aquí en Madrid hay un montón de proyectos espectaculares y son de artistas venezolanos.
De hecho, yo creo que podría hacerte una lista de 10 artistas que me gustan que son igual de independientes e indies como yo, y que todos le echan un camión a sus proyectos y tienen muchísimo talento, solamente falta que sean más conocidos.
Me gusta irme a lo independiente más allá de los grandes artistas que ya conocemos que están en su mejor momento como Rawayana o Elena Rose. Sin desmeritar eso, me resulta muy interesante igual sentirme parte de un movimiento de música venezolana aunque estemos afuera porque somos venezolano y porque hacemos música.
¿Con qué artista venezolano te gustaría hacer una colaboración?
¡Ay! Tengo una lista de artistas larguísima. Pero justo hablando de artistas independientes, la primera persona que se me viene a la cabeza porque es mi amiga del alma, la amo y la adoro, y además está ahorita allá en Venezuela es ANANÁ. Ana y yo tenemos pendiente una colaboración que está ahí y este año se va a dar, yo espero que sí, porque yo la admiro muchísimo como artista y como persona, es una dura.
También me encantaría, y ojalá se dé, me encantaría colaborar con Mario Puglia, Liana Malva, Simon Grossmann. Hay un montón de personas de Venezuela con las que conecto con su arte que me encantaría en algún momento colaborar.

¿Cómo fue trabajar en la serie argentina “El fin del amor”?
Fue super bien, yo realmente no me lo esperaba. Ese papel llegó en un momento donde estaba atravesando el duelo de “Olivia” y yo no me sentía como para mover ni un dedo, y ese papel llegó un poco como para salvarme. Me permitió quedarme más tiempo en Argentina porque ya yo tenía mi plan de irme a España, me pude despedir de mi ciudad, yo amo Buenos Aires, trabajar con personas tan grandes como Lali Espósito fue muy interesante, porque es ver ese mundo desde adentro y es aprendizaje constante.
¿Qué más veremos de Lucía Alegría este 2025?
Espero que no se cansen porque van a ver muchas cosas. Yo realmente soy una persona muy inquieta, muy pata caliente con el tema de mi música y de llevarla a que la conozcan más. Yo soy un poco insaciable, siempre quiero más. Entonces, ella acaba de sacar su disco, pero ya está preparando el segundo.
Está muy interesante y me emociona mucho porque justamente “La Trágica” cierra y abre un montón de puertas de reinos diferentes, de mezclas y de mucho experimental, y podrán esperar temas y música más nuestra, más de raíz, más de folklore y cosas que enaltezcan nuestra cultura.
¿Tienes planes de presentarte en Venezuela?
Sí, 100%. No tengo una fecha fija o un lugar específico, pero de este año no pasa. De hecho, este año voy a ir a Venezuela, así que voy a organizar toda mi vida para poder tocar allá, para poder tocar aunque sea en Caracas y en Margarita, porque realmente es un sueño.
Yo nunca toqué en Venezuela, nunca he pisado un escenario venezolano y creo que es algo que me hace muchísima ilusión porque con toda esta gira y todo esto de intentar darme a conocer, mi meta es que me conozcan en mi país, que conozcan mi música y que llegue a más personas para poder compartirlo.
Lucía Alegría
Eliza Pérez