Existen hábitos que, por inofensivos y placenteros que parezcan, pueden afectar nuestro bienestar financiero la, si no se retrasa a tiempo, como las compras compulsivas, que disminuyen la capacidad de ahorro, elevan las deudas, el estrés y la culpa.
Antes de abordar algunos métodos que le permitan evadir la tentación de este hábito y cuidar la economía personal, es importante saber ¿qué es el consumismo impulsivo? Se trata de un patrón de comportamiento psicológico que se manifiesta a través de la compra de productos o servicios sin planificación alguna y obviando el presupuesto establecido. Cuya acción es motivada por emociones o promociones que estimulan la sensación momentánea de placer adquisitivo.
Ante este panorama surge una interrogante: ¿cómo superar esta tentación y cuidar la salud financiera?
El primer paso no es dejar de comprar, sino hacerlo de forma consciente y no por deseo, sino estableciendo una lista con los productos y servicios prioritarios que realmente necesita, ya que de esta forma podrá cuidar el presupuesto, que debe ser elaborado tomando en cuenta la cantidad de ingreso y contemplar los gastos cotidianos alimentos, vivienda, transporte, ocio, entre otras, lo cual te ayuda a visualizar cuánto puedes gastar ya evitar los excesos. Es recomendable ajustarlo con regularidad.

También es importante detenerse y analizar antes de comprar , no solo para saber si necesitas lo que deseas adquirir, sino también para verificar el precio y la calidad del producto.
Asimismo, evita comprar bajo estados emocionales elevados de tristeza o ansiedad debido a que estas emociones pueden impulsar este patrón económico como una vía para mejorar el estado de ánimo. Ante esta situación es esencial practicar técnicas de relajación como el yoga.
Igualmente, se debe limitar el uso de tarjetas y optar por cancelar en efectivo, para evitar excederse en los montos.
Por último, pero no menos importante, desactiva las notificaciones de promociones y ofertas de tu dispositivo móvil que puedan iniciar al consumo.
En lugar de comprar, busca otras formas de gratificación, como caminar, leer, practicar algún hobby o hacer ejercicio. Estas actividades ayudan a reducir la tendencia a gastar por impulso.
Si esta conducta se transforma en un problema recurrente, considere acudir a un asesor financiero o psicólogo que pueda ayudarle a entender y cambiar este patrón de comportamiento.
Recuerde que la estabilidad económica se traduce en bienestar físico y mental. Transformar tus finanzas personales no es una tarea que se logra de la noche a la mañana. La clave está en aprender a diferenciar entre deseos y necesidades, y en mantener siempre una actitud racional y responsable frente a las compras.