Los dispositivos móviles se han transformado en una extensión de nuestras vidas. Son herramientas esenciales que nos mantienen conectados, informados y productivos. Sin embargo, su omnipresencia tiene un lado oscuro. Hablamos del doomscrolling el hábito, que fusiona las palabras en inglés «doom» (fatalidad) y «scrolling» (desplazarse), y se refleja en no poder dejar el teléfono por la búsqueda insaciable de noticias y contenidos.
El efecto oculto del doomscrolling
Más que una simple lectura de contenidos, este fenómeno, que tuvo su auge durante la pandemia de COVID-19 en 2020, es una inmersión profunda y constante en un pozo de información abrumadora y en muchos casos es negativa.
Este comportamiento se intensifica en tiempos de incertidumbre, como una crisis global ocasionada por una guerra o desastres naturales. En lugar de buscar soluciones o tomar un respiro, el cerebro se queda atrapado en un ciclo de alerta constante en busca de información para sentirse preparado ante una amenaza.
Estar sometido a informaciones negativas activa una pequeña dosis de adrenalina, y mantiene activo en un bucle de anticipación y miedo e impide soltar el teléfono.
Tanto jóvenes como adultos son vulnerables a padecer este efecto que eleva la ansiedad y el estrés, por los niveles de cortisol, que elevan el riesgo de tener cambios de humor, insomnio, dolor de cabeza y un estilo de vida sedentario.

Además, la obsesión con los eventos externos puede llevar a descuidar las interacciones sociales reales, lo que aumenta la sensación de soledad.
Igualmente, cuando nos sobrecargamos con información alarmante que no podemos controlar, se produce una fatiga emocional severa, a menudo manifestada como apatía o agotamiento.
Recupera el control
Superar el ‘doomscrolling’ no significa desconectarse del mundo, sino desarrollar una relación más sana y consciente con la información. Por ello, es importante establecer límites en cuanto al uso de los dispositivos móviles y en la navegación en portales web y redes sociales.
Selecciona una o dos fuentes de noticias fiables y revíselas en hora específica. En el caso de las redes sociales, sigue cuentas que compartan contenido positivo, inspirador o educativo.
Esto te mantiene informado sin la necesidad de la sobrecarga constante.
Desactiva las notificaciones y evita tener el teléfono, a la vista, en la mesa mientras comes, lo uses en la cama o lo dejes al alcance de la mano mientras trabajas.
También es importante considerar la adopción de hábitos saludables como la lectura, practicar yoga, ejercitarse, salir con familiares o amigos.
Al tomar el control de tu consumo de información, tomas el control de tu paz mental.