El emblemático Louvre fue el escenario seleccionado por Pharrell Williams para presentar su colección otoño-invierno 2025/26, para la maison Louis Vuitton en un espectáculo que combinó diseño, arquitectura y arte de manera creativa y audaz.
El desfile fue una experiencia que exploró cómo las prendas pueden expresar emociones, historias y visión. Pharrell, junto a Nigo, director artístico de Kenzo, tomó los códigos de las calles y los transformó en arte usable.
Una colección que redefine la masculinidad
Cada pieza parecía tener un propósito, adaptarse al hombre urbano. Las chaquetas bomber con bordados dorados y los abrigos largos confeccionados en tweed y lana mostraron un compromiso por combinar comodidad con diseño impecable.
Los pantalones cargo, reinventados con cortes amplios y acabados satinados, otros de los grandes protagonista del evento, agregando profundidad y dinamismo a los conjuntos.
El equilibrio entre los tonos y las texturas
El uso del color fue otro acierto. Los tonos neutros –beige, gris y marrón– dominaron los primeros momentos del desfile, proyectando serenidad y una sensación de estabilidad visual. Sin embargo, el escenario pronto se llenó de energía con amarillos intensos, rosas chicle y azules profundos, que rompieron con cualquier idea de sobriedad monocromática.
Por su parte las texturas invitaban a ser exploradas. Desde la lana más suave hasta el cuero tratado con técnicas modernas, aportaron dimensión y fuerza a los diseños, lo cual fue complementado por los detalles metálicos que añadieron un contraste futurista a los looks.
Los accesorios también tomaron relevancia. Las botas, con suelas robustas y actitud desinhibida, cerraron cada look como una declaración de poder, mientras las chaquetas varsity, esa mezcla perfecta entre nostalgia colegial y lujo moderno, se encargaron de traer el espíritu del streetwear elevado a otro nivel.
Las gorras proporcionaron un toque urbano que complementaba perfectamente la narrativa de la colección, todo dentro de una propuesta que juega entre lo funcional y lo sofisticado.
Los bolsos rígidos y mochilas con acabados brillantes, equilibraron funcionalidad con deseo estético.