Este 19 de octubre se celebra el Día Internacional de Cáncer de Mama, proclamado por la Organización Mundial de la Salud, (OMS) para reafirmar el compromiso que debe asumir la sociedad en la lucha contra esta patología que puede afectar a mujeres y hombres.
El objetivo de la OMS con esta conmemoración es crear conciencia en la población sobre los riesgos de la enfermedad, la importancia del autoexamen, así como el chequeo médico regularmente, tomando en cuenta que el diagnóstico precoz de la enfermedad ha logrado salvar muchas vidas.
Según el ente de salud internacional, esta es una de las mayores causas de muerte oncológica de mujeres en el mundo, las cuales representan aproximadamente el 99 % de los casos de cáncer de mama diagnosticados, y entre el 0,5 % y el 1 % de los casos, a hombres.
En Venezuela cada día se diagnostican 25 nuevos casos y hay 10 fallecimientos, indica el Dr. Juan Saavedra, director de proyectos y relaciones institucionales de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), quien indica que en 2024 la incidencia fue de 9.148 y la mortalidad de 3.707.

El cáncer de mama es un tipo de cáncer que comienza como una proliferación de células en el tejido mamario. Aunque se desconoce la causa exacta de la mayoría de los tipos de cáncer de mama. Los investigadores afirman que su origen puede estar relacionados con factores como: la edad avanzada, antecedentes familiares, tener el tejido mamario denso, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad (especialmente después de la menopausia en mujeres), la exposición a la radiación por tratamientos médicos, la falta de actividad física y el tabaquismo.
Señales de alerta
Los síntomas primarios varían ligeramente, pero en mujeres la señal más común es la aparición de un nódulo o bulto indoloro en la mama o la axila, acompañado de posibles cambios en el tamaño o la forma del seno, secreción anormal por el pezón (especialmente si es sanguinolenta), y alteraciones en la piel como hoyuelos, descamación o la formación de costras o escamas de la piel de la mama.
En hombres, aunque es menos frecuente, el síntoma principal también es un bulto indoloro bajo el pezón o la areola, junto con enrojecimiento de la piel e inflamación en los ganglios de la axila.
El chequeo temprano salva vidas
La importancia del diagnóstico temprano no puede ser subestimada. Cuando el cáncer de mama se detecta en sus etapas iniciales, antes de que se haya diseminado, las tasas de supervivencia a largo plazo son notablemente altas, superando el 90% en muchos casos.
El proceso de diagnóstico a través de la autoexploración y mamografía, la herramienta de screening más efectiva, complementada a menudo con la ecografía mamaria para determinar la naturaleza de un bulto, no solo salva vidas, si no que también permite tratamientos menos invasivos y una mejor calidad de vida durante y después de la recuperación.

Cabe destacar que la confirmación definitiva se obtiene mediante una biopsia, que analiza microscópicamente el tejido sospechoso. Una vez diagnosticado, el tratamiento es personalizado, combinando modalidades como la cirugía (lumpectomía o mastectomía), radioterapia o la terapia hormonal para eliminar células residuales, quimioterapia para destruir células cancerosas, y terapias hormonales o dirigidas que atacan características específicas del tumor.
Resiliencia: la fuerza interior para ganar la batalla
Más allá de los avances médicos, el factor más determinante en el bienestar y la recuperación de las pacientes es la resiliencia, definida como la capacidad de adaptarse eficazmente ante la adversidad, el trauma o el estrés. Esta habilidad no es innata, sino que se cultiva y actúa como un escudo emocional crucial. Permite a la mujer afrontar el miedo, la incertidumbre y la ansiedad sin caer en el desamparo, reconociendo el dolor, pero manteniendo siempre una perspectiva orientada a la solución y al futuro. La resiliencia es esencial para mantener la adhesión al tratamiento, por duro que este sea, y para manejar los agotadores efectos secundarios.
Hábitos que elevan la calidad de vida
Para mitigar el riesgo de desarrollar cáncer de mama, es importante tener un estilo de vida saludable. Se recomienda mantener un peso corporal saludable, ya que la obesidad aumenta el riesgo, y practicar actividad física regular (al menos 150 minutos a la semana). En cuanto a la dieta, se deben ingerir alimentos protectores ricos en antioxidantes, como las frutas, verduras (especialmente crucíferas), cereales integrales y grasas saludables (Omega-3). Otros hábitos clave incluyen limitar o evitar el consumo de alcohol y tabaco, y en el caso de las madres, la lactancia materna ofrece un efecto protector.