La Madre Carmen Elena Rendiles Martínez, quien será canonizada el próximo 19 de octubre durante una ceremonia en el Vaticano precedida por el Papa León XIV, no es solo una figura religiosa, sino la crónica viva de una valentía indomable que superó la adversidad física para dejar un legado educativo y espiritual inmenso en Venezuela.
Nacida en Caracas el 11 de agosto de 1903, fue la tercera de nueve hermanos en una familia profundamente católica. Su historia es especialmente notable porque nació sin el brazo izquierdo, una discapacidad que, lejos de frenar su vocación, la convirtió en un faro de fe y perseverancia. Su camino hacia la santidad, con la próxima canonización confirmada por el Papa Francisco, es un hito para la iglesia venezolana, Ya que luego de este proceso será elevada a los altares y se convertirá en la primera santa del país.
Una vida de fe, devoción y superación
Su vida estuvo marcada por una profunda fe cultivada en el hogar y una singular inclinación al servicio. A pesar de su condición física, demostró ser una persona con múltiples talentos y una energía desbordante.
La Madre Carmen nunca permitió que su discapacidad limitara su vida. Aprendió a desenvolverse con soltura en actividades cotidianas y sorprendió a su entorno al desarrollar talentos en el arte y el dibujo, llegando incluso a asistir a una escuela de arte antes de abrazar la vida religiosa. También fue hábil en carpintería, y se cuenta que algunos muebles del Colegio Belén son obra suya. Además, disfrutaba de la música, la pintura y los deportes como el croquet y el patinaje, demostrando que la fe forjó su mente y cuerpo.
En 1927, ingresó a la Congregación francesa de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento. Sin embargo, su destino la llevaría a ser la líder de una nueva congregación de corte netamente venezolano. Ante un intento de la casa madre francesa de transformar la congregación en un instituto secular, Carmen Rendiles lideró con prudencia y bondad el proceso que culminó en 1965 con la aprobación de la Santa Sede para fundar la Congregación de las Siervas de Jesús de Venezuela.
El verdadero monumento a la vida de la Madre Carmen Rendiles es su legado educativo y de servicio. Su congregación, las Siervas de Jesús, se dedicó a la enseñanza integral basada en valores cristianos, fundando importantes instituciones en Venezuela y expandiendo su labor a países como Colombia y Ecuador.
Bajo su dirección, nacieron colegios clave como Betania, Santa Ana, Belén y Nuestra Señora del Rosario. Estos centros no solo ofrecían formación académica, sino que se centraban en la catequesis y el desarrollo de oficios para dar oportunidades a los más desfavorecidos.
Un aspecto conmovedor de su obra fue su sensibilidad hacia las personas con discapacidad, algo que resonaba con su propia historia. Fundó un grupo de atención pastoral para niños, jóvenes y adultos con discapacidad física y mental, abriendo caminos de inclusión y apoyo. Su vida es, en sí misma, una lección de que la santidad se construye en lo cotidiano y que la fragilidad puede ser transformada en fortaleza y esperanza.
Milagro de la Canonización
Su camino a la santidad fue impulsado por dos milagro. En 2003 se le atribuyó la curación inexplicable de la Dra. Trinette Durán de Branger, una médica cirujana en Caracas. Mientras operaba a un paciente, sufrió una descarga eléctrica en su brazo derecho que quemó sus dedos índice y pulgar. El daño neurológico y la quemadura comprometían su carrera. Tras pedir la intercesión a la Madre Carmen, la sanación fue inmediata y completa.
Además, la intercesión de la beata fue reconocida en la curación de una joven caraqueña diagnosticada con hidrocefalia triventricular idiopática en 2015. La recuperación fue considerada inexplicable por la ciencia médica, siendo la curación de la joven completa, estable y duradera
La beata venezolana falleció el 9 de mayo de 1977, poco después de celebrar 50 años de vida religiosa. Su habitación de la comunidad del Colegio Belén fue transformada en un oratorio, donde las hermanas continúan venerando al Santísimo Sacramento en su memoria.